miércoles, 31 de diciembre de 2008

MARPA




las enseñanzas del Buda fueron preservadas en India en una forma completa alrededor de unos mil quinientos siglos hasta la llegada de los invasores musulmanes a principios del siglo XI. Fue la mano de la espada islámica la que casi destruyó el Budismo en el subcontinente. Afortunadamente, todas las enseñanzas para alcanzar la iluminación fueron llevadas al Tíbet alrededor de los años 770 D.C. por los maestros Santaraksita y Gurú Rinpoche antes que ellas desaparecieran casi por completo de India, la tierra de su origen. Bajo la guía del gran rey de Tíbet, Trisong Deutsen "La Tierra de las Nieves", se convirtió en un pilar de la práctica budista para el año 792 D.C.

Sin embargo, este exitoso establecimiento del Budismo en Tíbet no duró. Luego de asumir el poder en 836 D.C., el Rey Langdarma virtualmente desapareció el budismo del país. El restablecimiento del Budismo en Tíbet ocurrió en gran medida gracias a Marpa, el gran traductor de Lhodrak. Este gran maestro establecería el gran ejemplo de combinar un estilo de vida budista laico libre y abierto con la poderosa visión del yogui.

Marpa nació en 1012 en el sur del Tíbet en una pudiente familia campesina. Durante su vida, Marpa realizó tres largos e inseguros viajes a India durando 12, 6 y 3 años respectivamente. En cada ocasión él trajo de regreso los profundos métodos tántricos y enseñanzas de Buda, espigados de una amplia batalla de adeptos masculinos y femeninas indios budistas. El más conocido entre estos fue el yogui Naropa, quien previamente había abdicado a su posición como un aclamado abad y maestro de intelecto de la famosa universidad de Nalanda en India. Naropa, tras la inspiración de un horrible anciano arrugado se marchó para hacerse estudiante de un desconocido y extravagante maestro, el feroz yogui: Tilopa.

Como un niño Marpa había sido agresivo e impaciente. Temiendo lo peor, sus padres lo enviaron lejos a la edad de doce años a estudiar el dharma, el equivalente de ser embarcado a un internado extranjero para asegurar la preservación de la paz en el hogar. Marpa llegó al valle occidental Nyugu en Tíbet para estudiar con un conocido traductor llamado Drogmi. Luego de tres años de intensos estudios budistas, Marpa había dominado numerosos dialectos indios, pero se dio cuenta que necesitaba una considerable instrucción adicional si sus aspiraciones espirituales esperaban dar algún fruto. Marpa buscó en la India por las enseñanzas que pudieran darle una experiencia directa mas allá de una filosofía meramente intelectual. Él pidió por esto y recibió una generosa herencia de su padre y la convirtió toda en oro.

Luego de una exhaustiva jornada a través de los altos pasos montañosos, planicies y ríos Himalayas Marpa llegó a Katmandú, Nepal, en el paraje de la Estupa Swayambhu. Aquí, Marpa y su compañero de viaje "Nyo" se pararon a descansar. Marpa se hizo amigo de Chiterpa y Paindapa, dos lamas locales nepaleses, estudiantes del gurú indio: Naropa. Tras oír sobre Naropa, profundos recuerdos brotaron en Marpa y su excitación se hizo tan intensa que el vello en su cuerpo se erizó. Chiterpa y Paindapa le pidieron quedarse en Katmandú mientras su cuerpo se adaptaba al calor sofocante de la baja latitud. Marpa fue iniciado en todas las prácticas de meditación que este par pudo compartir con él y lo exhortaron a que personalmente visitara a Naropa, al cual se referían como un "Segundo Buda".

Luego de tres años en Katmandú, Marpa partió a India para buscar él mismo a Naropa. Llevaba consigo una carta introductoria de sus amigos nepaleses. Nyo, desconociendo las prácticas ascéticas de Naropa, partió a otro lugar a buscar a los gurús más famosos de India. Naropa estaba lejos de Pullahari cuando Marpa llegó y se fue a quedar cerca con un estudiante de Naropa llamado Prajnasimha. Antes que su presencia fuese dada a conocer al gurú, un mensaje de Naropa llegó: "Hay un budista tibetano quedándose con ustedes, tráiganlo a Pullahari".

Ese fue un encuentro emocionante que aparentemente había sido aparentemente profetizado hacía tiempo por el propio gurú de Naropa: Tilopa. Naropa, feliz de recibir al futuro sostenedor de su linaje, le cantó a su hijo espiritual:

"De acuerdo con la profecía del Gurú [Tilopa]

mi hijo, el notable recipiente Marpa Lodro,

Desde la nevada tierra del norte,

Es bienvenido a asumir la regencia."

De Naropa, Marpa recibió la iniciación en el mandala de Hevajra, un aspecto de la meditación para alcanzar la iluminación. Este aspecto, encarnaba la unión gozosa entre un Buda masculino y uno femenino, transforma los apegos y el placer de los sentidos en una profunda realización en la bienaventuranza y la naturaleza sin forma de la mente. Marpa se quedó cerca de Naropa meditando en este aspecto Buda por un año. Signos excepcionales de desarrollo surgieron en su mente, acompañados de la aparición de profunda intuición y destellos internos. Marpa fue, entonces, enviado por Naropa a recibir mas enseñanzas tántricas del gurú Jnanagarbha y otros maestros calificados que habían alcanzado los siddhis (poderes iluminados) de la realización.

Naropa envió a Marpa al sur de la India a buscar al famoso Mahasiddha, Kukkuripa. Luego de dos arduas semanas de viaje durante el cual estuvo constantemente seguido por dos aves, Marpa finalmente llegó a una isla en el centro de un lago volcánico venenoso. El acercamiento final a esta desolada isla, hogar del evasivo gurú, fue un nado a muerte. Tras llegar al salubre lugar, el cielo diurno se volvió denso con nubes negras, tanto alumbraban los rayos e inundaba de lluvia, como nieve caía del cielo. El sonido de los constantes truenos asustó tanto a Marpa que comenzó a preguntarse si él todavía estaría vivo o en algún estado después de la muerte.

Después de una búsqueda considerable, Marpa, eventualmente, encontró al extraño y excéntrico gurú, cubierto completamente con las plumas de un ave. Las primeras palabras de la boca de Kukkuripa fueron: "aún una ruta tan difícil como esta no los mantiene lejos de aquí a ustedes tibetanos nariz chata ". Marpa le explicó a su bizarro anfitrión que él había sido enviado por Naropa para recibir instrucciones especiales de meditación. Kukkuripa comenzó por soltar una gran invectiva contra Naropa, diciendo: "Este tan llamado Naropa no tiene un amplio aprendizaje. Un Mahapandita sin experiencia de meditación es risible". Finalmente, tal como los conceptos de Marpa empezaban a deshacerse, Kukkuripa finalizó sus juego y felizmente le dio a Marpa las profundas enseñanzas que buscaba. Esto reveló que las dos aves habían sido enviadas como protectores para asegurarle a Marpa un viaje seguro.

Mientras viajaba en la India del sur, Marpa repetidamente hizo fuertes deseos a Maitripa, un sostenedor del linaje de Nagarjuna y el gran Brahman Saraha, cuya posterior encarnación sería conocida como el Karmapa. En un sueño, una bella mujer se le apareció a Marpa como una mensajera de Maitripa, dándole fuertes bendiciones al colocarle una vasija en el tope de su cabeza. Él despertó sintiéndose gozosamente feliz. En su retorno a Pullahari en el norte para revisar a Naropa, Marpa fue alentado para buscar a Maitripa en persona. Este gurú también vivía en un lugar inconveniente. Muchos de sus amigos disuadieron a Marpa de proseguir la difícil y peligrosa búsqueda de Maitripa. Su respuesta hacia ellos fue: "Yo no estoy buscando riqueza en esta vida, sea que muera o no, yo debo buscar el Dharma".

Eventualmente Marpa encontró a Maitripa sentado bajo un árbol en un monasterio en una alta montaña llamada "Montaña de las Llamaradas de Fuego". Maitripa jugó el papel de un padre espiritual en el desarrollo de Marpa, casi tan significante como aquel de Naropa. De Maitripa, Marpa recibió el nombre secreto Vajracitta junto con la transmisión oral del Mahamudra, enseñanzas de la más alta realización. Al mismo tiempo Maitripa introdujo a Marpa en los dohas, o canciones poéticas espontáneas para las cuales Marpa y su futuro estudiante Milarepa se harían tan famosos. Naropa continuó enviando a Marpa a viajes largospara recibir enseñanzas de los diferentes yoguis masculinos y femeninos, cada uno de los cuales se sobrepasaba cualidades iluminadas y quienes podían transmitir las instrucciones especiales del despertar.

Luego de sus extensos viajes, Marpa se estableció para practicar meditación intensiva. Experiencias y realizaciones especiales del insuperable mantra secreto comenzaron a surgir en su mente. En un momento mientras él meditaba, una gran felicidad surgió por siete días, tan intensa que no podía mover su cuerpo, hablar o ni siquiera tener un pensamiento conceptual. Durante los años dedicados a la práctica de meditación profunda, muchos signos increíbles surgieron tal como el gozo del tummo, el yoga del calor interno.

Luego de doce años en India, el oro de Marpa finalmente se había agotado y decidió regresar a Tíbet. Un gran festín fue arreglado y Marpa se despidió de su amado gurú y amigos. Colocando su mano en la cabeza de Marpa, Naropa le cantó algunas instrucciones de partida:

"Tú, Marpa el traductor del Tíbet!

No hagas los ocho Dharmas mundanos la meta de tu vida,

No crees la predisposición en ti mismo o en los demás de codicia y fijación,

No difames a amigos o enemigos,

No distorsiones los caminos de otros,

El aprendizaje y la contemplación son las antorchas que iluminan la oscuridad,

No seas insidioso en el camino supremo de la liberación,

Previamente, hemos sido gurú y discípulo,

Mantén esto contigo en el futuro, no lo abandones.

Esta joya preciosa de tu mente,

No la lances al río como un idiota.

Vigilala cuidadosamente con indestructible atención

Y realizarás todas las necesidades, deseos e intenciones."

En su regreso a casa, Marpa encontró a su viejo compañero de viaje, Nyo. En India, Marpa se había topado con Nyo varias veces para comparar enseñanzas y resultados. Ahora ambos decidieron volver a Tíbet juntos. Mientras cruzaban el Ganges, Nyo había lanzado todos los textos de Marpa al río, tal era el celo que Nyo había desarrollado por el éxito espiritual de Marpa. Con algo de fuerte advertencia de salud mental, Marpa se separó de la compañía de su ambicioso conocido. Él contempló regresar a India por los textos, pero se percató que su esencia y significado estaban sólidamente guardados en su mente.

Parando en Kathmandu, Marpa visitó de nuevo a sus amigos lamas nepaleses, compartiendo con ellos las historias y enseñanzas de su aventura en India. En la frontera tibetana Marpa fue detenido por oficiales aduanales durante varios días. Aquí él tuvo un sueño vívido en el cual era guiado por dos adorables mujeres jóvenes vistiendo los hilos brahmánicos para recibir las enseñanzas de Saraha, el gran Brahmin Mahasiddha, del linaje de Nagarjuna. El brillo majestuoso de Saraha fue algo que Marpa nunca antes había visto. Estas fueron las instrucciones de Saraha para Marpa:

"Namo, Compasión y vacuidad son inseparable

Esta mente de flujo ininterrumpido innato

Es tal como es (suchness), primordialmente pura.

El espacio es visto en intercambio con el espacio

Porque la raíz reside en casa,

La mente conscientemente está aprisionada.

Meditando en esto, los pensamientos subsiguientes

no son remendados juntos en la mente.

Sabiendo que el mundo de los fenómenos

es la naturaleza de la mente,

la meditación no requiere de antídotos adicionales.

La naturaleza de la mente no puede ser pensada.

Descansa en este estado natural.

Cuando veas esta verdad,

serás liberado.

Tal como un niño lo haría, observa el comportamiento de los bárbaros.

Sé libre de cuidado, come carne, se un demente.

"Tal como un león sin temor,

deja a tu mente elefante vagar libremente

Mira a las abejas volar sobre las flores.

Sin ver al samsara como erróneo,

No hay cosa tal como obtener el nirvana.

Este es el camino de la mente común.

Descansa en la frescura natural.

No pienses en actividades.

No te apegues a un lado o una dirección

Examina en el medio del espacio de la simplicidad."

Hacia su regreso al Tíbet, las realizaciones de Marpa comenzaron a ser aclamadas. La fuerza de su bendición y su poder de curar rápidamente se hicieron bien conocidos, y estudiantes notables aparecieron desde lo ancho y lejos. Marpa viajó dando enseñanzas y rehaciendo sus reservas de oro para su viaje de regreso a ver a Naropa. De regreso a casa en Lhotrak, Marpa acumuló muchos estudiantes y tomó una esposa llamada Dagmema, así como también a varias otras consortes con cualidades finas. Su primer hijo, Tarma Tode, y otros nacieron para él. Incluso el propio hermano mayor de Marpa se hizo su estudiante. Marpa comenzó a establecer en Tíbet lo que luego sería conocido como el linaje Kagyu del Budismo Tibetano.

Marpa regresó a India por segunda vez, al mandato de Naropa. De nuevo visitó a todos sus maestros, esta vez recibiendo de cada uno amplios comentarios y clarificaciones sobre los profundos métodos que él originalmente había estado dando. Él tradujo cada uno de estos al Tibetano. Marpa fue también asignado por Naropa con instrucciones adicionales de las enseñanzas del linaje del rey Indrabhuti y Saraha.

Un día un monje indio llamado Akarasiddhi vino a visitar a Naropa por instrucción, luego partió para Tíbet donde planeaba dar enseñanzas en varios métodos tántricos. Esto evocó una puntada de celos en Marpa. Hacia su llegada en Tíbet, Akarasiddhi se dio cuenta a través de la intuición, que él tenía vínculos con un solo estudiante y rápidamente abandonó sus planes de enseñar en ese país. De regreso en Pullahari, Akarasiddhi bromeó que no había hecho lo que Marpa temía y que enseñó a solo una persona en Tíbet, y dijo: "En el futuro tú serás la gloria de las enseñanzas y de los seres sintientes". Marpa se dio cuenta que tenía que guardar sus pensamientos inseguros más cuidadosamente.

Luego de seis años mas de estudio intensivo, Marpa había encontrado las respuestas y aclaratorias a las extensas prácticas de meditación que había aprendido. De nuevo se despidió de Naropa. Ofreciéndole a Marpa regresar otra vez por enseñanzas especiales, Naropa dijo adiós.

De regreso en Tíbet, los estudiantes de Marpa le dieron la bienvenida a casa a su lama con gran gozo, y muchas celebraciones y empoderamientos fueron dadas. En ese momento llegó Milarepa, quien llegaría a ser el discípulo más famoso de Marpa. Milarepa, al mando de su madre, y para buscar venganza en contra de miembros de su familia quienes había robado su propiedad se había convertido en un consumado mago negro. Usando su poder había matado a 34 miembros de la familia de sus tíos y tías. La habilidad de Marpa como maestro fue completamente colocada al frente mientras él llevaba tortuosamente a su discípulo, Milarepa, al borde del suicidio.

Marpa llevó a cabo esto asignándole a Milarepa la tarea de construir y reconstruir una enorme torre de piedras. En cada paso Marpa fingía extremada rabia y crítica hacia su devoto estudiante, regañándolo y humillándolo, una y otra vez, por un período de años. Llevándolo repetidamente a la desesperación, el karma de Milarepa fue alcarado y Marpa lo entrenó como un yogui destacado. Haciéndose un asceta, comiendo rara vez y meditando en montañas solitarias, Milarepa, con el tiempo, fue conocido como el mas grande Yogui de Tibet y sus poderes mágicos se hicieron material de leyendas.

Muchos años después, Milarepa, mientras practicaba meditación solitaria en una cueva de ladrillos, recibió un sueño de una bella daikini o Buda femenino. Le dijo que ahora él poseía los métodos para alcanzar la budeidad a través de un esfuerzo considerable. Ella lo exhortó también a obtener los métodos que requieren poco esfuerzo; las enseñanzas especiales de la transferencia y de la consciencia. Jetsun Milarepa, desafiando las instrucciones de su lama, rompió su confinamiento para conferenciar con Marpa. Ellos se dieron cuenta que esta enseñanza era una que Naropa aún debía transmitir. Siguiendo esta revelación, Marpa inmediatamente puso en marcha los planes para regresar hacia el precioso Naropa. Hasta ahora bien pese a los años, él estaba determinado a alcanzar India rápidamente. Su familia y estudiantes, tratando de preservar su salud y su vida, ocultando su oro y sus provisiones. Reiteradamente le rogaron que no fuera, pero él los apartó toda persuasión de cualquiera. En el camino de vuelta a India, Marpa conoció a Atisha, quien habría fundado la escuela Kadampa del Budismo Tibetano. Atisha informó a Marpa que Naropa se había ido a vagar en solitario, y que había abandonado toda meditación formal. Su paradero no era conocido por nadie.

Marpa ahora viajó a lo largo y ancho para encontrarse con sus gurús, todos quienes predecían por sueños que el encontraría de nuevo a Naropa. Kasoripa, uno de los guías de Marpa, recibió la profecía:

"En el inmutable Pullahari

El Mándala puro de la luna

Naropa te mostrará

El espejo dharmakaya de tu mente"

Marpa ahora comenzó su búsqueda seria, tanto solo como con amigos. Alrededor de los siguientes ocho meses Marpa pensaba continuamente en Naropa y tenía contacto con él a través de visiones. Durante los ocho meses Marpa se vió a si mismo persiguiendo a Naropa, pero siempre incapaz de atraparlo. Él escuchó las instrucciones orales:

"Si el caballo de la no-acción, dharmata y luminoso

no galopa libremente yendo y viniendo,

como un ciervo persiguiendo un espejismo

No estas vagando en el terreno de la futilidad?"

Marpa, viejo, cansado y frustrado, ahora también se tornó deprimido. Finalmente encontró a un vaquero quien le mostró una huella de Naropa en una roca de cristal. Marpa realizó repetidos fuertes deseos a Naropa y un día vio una bola de luz de arco iris emanando de las ramas de un árbol de sándalo, la cual fue la imagen vívida del dios tantrico Hevajra. Esta imagen de luz se fundió en el corazón de Marpa. Naropa mismo apareció seguidamente y Marpa se llenó de intenso gozo. Marpa le dio a Naropa su entero abastecimiento de oro, el cual fue rápidamente arrojado al bosque. Viendo el desaliento de Marpa, Naropa abrió sus manos y el oro reapareció, "si sientes una perdida, aquí esta otra vez", dijo Naropa. Luego golpeó su pié en la tierra y esta también se convirtió en oro.

Naropa le dio la profecía de Tilopa referente a la actividad de Marpa para el beneficio a los seres:

"Con el sol de la sabiduría autoliberadora,

En el monasterio de Pullahari

Disipa la oscuridad de la ignorancia de Mati's (Marpa)

Permite a la luz de la sabiduría prevalecer en todas partes"

De regreso a Pullahari, parte de la forma de Tilopa apareció en las nubes. En ese momento Marpa solicitó la enseñanza secreta sobre el lanzamiento y transferencia de la consciencia que había pedido Milarepa. Al escuchar la petición, Naropa se postró tres veces hacia Tíbet para honrar a Milarepa. Se dice que aún hoy en día los árboles alrededor de Pullahari se inclinan hacia el Tíbet en continuo homenaje al poder de Milarepa. Naropa le dio a Marpa la transmisión del linaje de la daikini Chakrasamvara y las enseñanzas del lanzamiento y transferencia de la consciencia, las cuales llevan rápidamente a la iluminación. Esa transmisión fue restringida a un solo sostenedor del linaje.

De manera de hacer una predicción para el futuro del linaje de Marpa, Naropa lo levantó temprano una mañana para mostrarle su aspecto de meditación: Hevajra, manifestándose vívidamente en el cielo. Marpa se levantó y se postró hacia la brillante apariencia del yidam, en vez de a Naropa mismo. Naropa amonestó a Marpa, "ese mándala es mi emanación", dijo, mientras el yidam se disolvió en el corazón de Naropa. Continuó:

"Antes que cualquier gurú existiera,

aún el nombre del Buda no se escuchaba.

Todos los budas de miles de kalpas

Solo se manifiestan debido al gurú."

Naropa predijo que si bien el linaje de Marpa no duraría en su propia familia, su línea de Dharma continuaría tanto como las enseñanzas del Buda, cada generación siendo mejor que la anterior. Siguiendo a este incidente, Marpa se puso enfermo, casi hasta el punto de morir, y fue asaltado por repetidas pesadillas. Luego de su recuperación física Marpa cayó en una fuerte depresión mental, durante varios meses. Su melancolía finalmente se levantó cuando Naropa le cantó algunas de las profundas instrucciones orales del Buddha. Naropa le prometió a Marpa éxito supremo para su linaje espiritual, y le ordenó regresar a Tíbet para establecer completamente ahí las enseñanzas sobre la naturaleza de la mente. Naropa le aseguró a Marpa que se reunirían de nuevo, y que luego de la muerte ellos se harían inseparables. Marpa derramó muchas lágrimas antes de dejar a su maestro y amigos. Él dejó una huella en una piedra en Pullahari, la cual aún está allí hoy en día. Una vez más Marpa visitó a todos sus maestros antes que finalmente partirera en su largo viaje a casa.

En Nepal, Marpa asistió al funeral de su viejo amigo Chiterpa. Le fue solicitado dar enseñanzas en una reunión de viejos amigos, les dio en canción las instrucciones básicas de su gurú, Maitripa:

"El aferramiento externo, la apariencia de los objetos sentidos,

continuamente fluyen como gran gozo.

Realicen esto como el dharmakaya no nacido.

Fijación interna, la consciencia de la mente es discursiva,

La cual no puede ser tomada como real.

Por lo tanto, véanlo como el entendimiento desnudo sin base.

"Generalmente todos los dharmas de existencia aparente

son primordialmente no existentes y no nacidos.

Realícenlos como la esencia de la simplicidad.

"No deseen abandonar el sámsara

y no hay nirvana que alcanzar

sámsara y nirvana son los estados innatos autoliberados

Realicen esta unidad como gran gozo.

Aún si vacían la mente de los budas de los tres tiempos,

No hay nada más definitivo que esto."

Con intensa nostalgia por sus temerarios gurús, Marpa decidió volver a India en vez de Tíbet. Una dakini aparecida en un sueño le aseguro que sus futuros estudiantes lo esperaban ahora en Tíbet. Antes de movilizarse, Marpa recibió en un sueño, otras enseñanzas de Maitripa sobre la visión definitiva, el Mahamudra. Estas él las aprendió de memoria:

"En general todos los dharmas son la mente.

El gurú surge de la propia mente

No hay nada más que la mente,

todo lo que aparece es la naturaleza de la mente,

La cual es primordialmente no existente.

El estado natural, no nacido e innato,

no puede ser abandonado por el esfuerzo del pensamiento.

Así que descansa en la facilidad, naturalmente, sin restricción."

Los estudiantes tibetanos de Marpa estaban extasiados de tener a su adorado lama de regreso a salvo. A algunos discípulos Marpa les dio regalos de objetos empoderados por Naropa. Le contó a sus amigos cercanos la historia de su exitosa búsqueda por Naropa y dio muchas enseñanzas nuevas.

Una vez de vuelta a casa en Lhotrak, Marpa comenzó también a dar demostraciones de la transferencia de la consciencia. Proyectando su mente desde su cuerpo, Marpa reanimó los cadáveres de varios animales. Inicialmente practicó la transferencia en cuerpos de una paloma, una oveja, un ciervo y un yak. Durante las demostraciones el propio cuerpo de Marpa literalmente se volvió hacia la agonía de la muerte completa, y muchos de sus estudiantes pusieron muy asustados. Miembros familiares escépticos y previamente juzgadores de Marpa se hicieron fuertes devotos del Lama luego de esas dramáticas exhibiciones.

Marpa transmitió las enseñanzas de la transferencia a su hijo mayor Tarma Dode, cómo el solo y único sostenedor del linaje. Desafortunadamente, esa transmisión no perduró demasiado. La familia de Marpa, siguiendo las instrucciones de Naropa, ingresaron todos a un retiro estricto por 3 años. Sin embargo, luego del primer año de su retiro, una gran feria fue celebrada en Lhotrak. Marpa o su hijo, Tarma Dode fueron públicamente solicitados para asistir como invitados de honor. En contra de los deseos de su familia, Tarma Dode, para el momento un aclamado alto lama en su propio derecho, dejó la casa para asistir a la celebración. Su madre, Dagmema, le rogó que no fuera y especialmente le pidió que bajo ninguna circunstancia diera enseñanzas del Dharma, discursos, bebiera cerveza o montara a caballo, entre otras cosas.

Una vez en la feria, Tarma Dode terminó rompiendo cada promesa. Como honor a su estación, le fue dado un magnífico caballo blanco. Mientras cabalgaba la poderosa bestia a casa desde la feria fue lanzado de su silla de montar, su pie quedó atrapado en el estribo y golpeó su cabeza en una roca. Con su cerebro saliendo del cráneo partido, Tarma Dode fue llevado por Milarepa y compañeros de regreso al sus padres rotos de corazón. Desde que su hijo estaba muriendo, Marpa exhortó a Tarma Dode a practicar por primera vez el Phowa y lanzar su mente al centro del corazón de su padre. No deseando hacer esto, el hijo, cavilando dentro y fuera de la consciencia, pidió a su padre que le consiguiera el cuerpo de algún hombre joven muerto recientemente.

Los estudiantes de Marpa se movilizaron y el cuerpo de una anciana con bocio fue llevado a la casa, lo mejor que ellos pudieron conseguir. Tarma Dode rehusó tener algo que ver con este cuerpo. Eventualmente, fue persuadido de lanzar su mente hacia el cuerpo de una paloma, que recien había muerto de agotamiento tras ser perseguida por un águila. Luego de cierto tiempo, ofreciendo cuidadosas instrucciones, envió a la paloma, su hijo, fuera de India en el lugar donde el funeral de un joven muchacho se estaba por realizar. Ahí, en India, la familia del joven fallecido quedó sorprendida al atestiguar el retorno a la vida a su hijo. Este chicho luego se hizo conocer como el gran gurú Indio "Tipupa" quien, eventualmente, dio profundas enseñanzas orales a Rechungpa, el hijo de corazón de Milarepa.

Marpa continuó enseñando el Dharma budista a través de Tíbet. Para entonces, muchos de sus estudiantes se habían convertido en lamas reconocidos por si mismos, con sus propios estudiantes. Marpa a los 80 años de edad y acercándose al final de su vida, había alcanzado completos los siddhis o poderes. Él mostraba incontables milagros, apareciendo en formas de luz, multiplicando su cuerpo y al final no necesitaba de puertas para entrar o salir de la casa. Se dice que su esposa principal Dagmema se disolvió a sí misma en luz y entró en el corazón de Marpa y de esa manera dejó el mundo. Interpretando los sueños auspiciosos de su estudiante cercano, Marpa escogió a Milarepa como su sucesor del linaje. Con profundas instrucciones, Milarepa fue enviado a las soledades de la montaña para meditar. Marpa cantó una canción de despedida a Milarepa mostrando el orgullo de sus realizaciones. Esta fue como sigue:

"Porque no podría mi linaje ser afamado

Si poseemos el ojo del dharma de la dakini.

Por que no podrían ser los ancestros afamados,

Si Tilopa no es otro más que el Buddha.

Porque no podría ser afamado mi maestro

Si Naropa es una antorcha del dharma

porque no podría ser yo afamado,

si soy el hijo de corazón de Naropa

Porque no podrían las enseñanzas orales ser afamadas

Si esas joyas que cumplen los deseos del linaje escuchado

Es el dharma especial que nadie mas posee."

Cuando vino el momento de abandonar su cuerpo, Marpa explicó a sus amigos que el señor Naropa vendría a escoltarlo. Lama Marpa entró en profunda meditación y finalmente falleció en medio de una lluvia de flores cayendo del cielo y los sonidos de música etérea. Su cuerpo fue tomado eventualmente por su estudiante lama Ngokpa y colocado en una estupa en la región tibetana de Shung.

En esta forma Marpa, considerado una reencarnación del Mahassidha Indio, Dombi Heruka, vivió como un budista laico y hombre de familia libre. Él puso de manifiesto el Dharma del gran linaje Kagyu, el cual hoy en día florece a lo largo de la mayoría del mundo.

lunes, 29 de diciembre de 2008

domingo, 28 de diciembre de 2008

लामा VAJRADARA

KALU RIMPOCHÉ




El señor del Refugio, Lama Vajradara Kalu Rimpoché, nació en 1904 en la región de Trehor del Kham (Tibet oriental), hijo de Karma Lekshe Drayang, el XIII Ratak Palsang Tulku, numerosos signos y presagios acompañaron su nacimiento. Desde su infancia, Rimpoché se mostró como un ser fuera de los común, con una inteligencia y compasión que sorprendían a quienes le rodeaban.

A la edad de trece años fue ordenado monje por Yangom Tai Situ Pema Wangchuk, en el monasterio de Pelpung, la sede kagyupa en el Tibet oriental, y recibió el nombre de Karma Rangyung Kunkyab. A los dieciséis años inició su retiro de tres años y tres meses en el centro de retiros Tsadra Rinchen Dra, dirigido por el lama Norbu Tendrup, recibiendo las tradiciones Karma Kagyu y Shangpa Kagyu, particularmente las instrucciones y las prácticas de las Cinco enseñanzas de oro de Kyumpo Nelyor. Antes y después del retiro recibió iniciaciones y transmisiones de numerosos grandes lamas de todas las tradiciones. Deseoso de renunciar a todas las cosas materiales de este mundo, permaneció en retiro en diversos lugares solitarios del Kham durante doce años, hasta que, por indicación de Situ Rimpoché, fue nombrado maestro de retiros del monaterio de Pelpung, en el que durante muchos años transmitió a innumerables discípulos, así como a grandes lamas, lasCinco enseñanzas de oro, las iniciaciones que hacen madurar y las lecturas rituales. Fue reconocido entonces por el decimosexto Karmapa como la emanación de la actividad de Yamgon Kontrul Lodrö Taye.

A la edad de cuarenta años realizó un peregrinaje por todos los lugares sagrados del Tibet central y del Tsang, visitando los grandes monasterios de los diferentes linajes y Lhasa, donde impartió sus enseñanzas al Regente.

En 1955 visitó en Tsurpu al Karmapa que, a raíz de los problemas surgidos en el Tibet oriental, le pidió que abandonara el Tibet para preparar las cosas en la India y Bután para el previsible exilio al que se vería sometido el pueblo tibetano.

Rimpoché fue inicialmente a Bután, donde fundó dos centros de retiro y ordenó a 300 monjes. En 1957, a petición de la princesa de Bután, el decimosexto Karmapa le nombró abad del monasterio de Yangchup Chöling y guía espiritual de la familia real de Bután.

En el año 1965 se estableció en Sonada, en el monasterio de Samdrup Taryeling, donde fundó un centro de retiros.

En 1983, a petición del XVI Karmapa, impartió a los cuatro regentes del linaje Kagyupa, así como a numerosos lamas, monjes y laicos, los ciclos de instrucciones e iniciaciones conocidos como Rinchen Terse, uno de los Cinco grandes tesoros reunidos por Yamgon Kontrul Lodrö Taye. También les transmitió las seis doctrinas de Naropa, el Mahamudra, las Cinco enseñanzas de oro del linaje Shangpa, las trece iniciaciones del protector y el Dorye Purba.

Entre 1971 y 1989 realizó numerosos viajes a diferentes países: Estados Unidos, Canadá y diversos países de Europa y el sureste asiático, lugares en los que fundó más de setenta centros de Darma, así como veinte centros de retiro y una veintena de estupas. Confió la dirección de estos centros a más de treinta lamas, discípulos suyos que habían realizado el retiro de tres años.

Es autor de El Darma que ilumina a todos los seres y La joya de las múltiples instrucciones orales.

El 10 de mayo de 1989 dejó su cuerpo para fundirse en la pureza de la clara luz. Contaba 85 años de edad.

En el mundo entero, su extraordinaria bondad y actividad espiritual han generado inmensos beneficios para la doctrina y para todos los seres sin distinción.

Dando prueba de sus inmensas realizaciones espirituales, S.E. Kalu Rimpoché, tomó renacimiento el 17 de septiembre de 1990 en la persona de Yangsi Tulku Kalu Rimpoché, rodeado de numerosos signos auspiciosos y continuará así su incansable actividad por el bien de los seres.

INOCENCIA



EL BUDA DEL LOTO BLANCO


Regresar a la inocencia es una de las actitudes más deseables en esta era. El regreso a la inocencia no es fácil en estos tiempos de final de los tiempos donde un nuevo ciclo de evolución se cierra y ustedes llevan sobre sus hombros las experiencias de muchas vidas, muchas alegrías, mucho sufrimiento. Regresar a la inocencia significa dejar ese equipaje a un lado y seguir el camino más livianos, con menos peso. Algunas veces ese peso simplemente es inconciente, no saben que lo tienen allí. Y es cuando no se dan cuenta que eso está allí, que suceden los imprevistos y aquellas cosas que llaman accidentes pero que no son más que el aviso de que es necesario deslastrarse.

La práctica de la inocencia es como la de la mansedumbre que les hablaba la otra vez, con la diferencia que la inocencia es un estado emocional mas que mental y para llegar a ella hay que realmente sentirla de corazón, no es algo que se pueda fingir o simular. Sin embargo existen dos etapas en la vida de ustedes aquí en la Tierra donde se acercan a esta cualidad del corazón. La primera es la infancia, una de las formas de regresar a ese estado es recordando como fueron de niños. Si les parece muy difícil recordar, simplemente observen a los niños y permitan que los niños los enseñen a ser inocentes. La inocencia y la espontaneidad van de la mano. Ser espontáneo también es seguir el corazón, seguir la intuición y lo más importante dejar el juicio a un lado.
La otra etapa de su vida en que regresan a la inocencia y quizá la mas importante es la ancianidad y este tipo de inocencia es todavía mas rica que la del niño, porque aquí la inocencia lleva consigo la experiencia y la sabiduría vivida. No todos los ancianos llegan a esta forma de inocencia, pero ahora más que nunca todos tiene la oportunidad de regresar a ella, gracias a las múltiples formas que ustedes se han inventado para crecer y borrar las huellas que el pasado a dejado en sus egos. Por eso los honramos una vez más.

La inocencia es una de las formas de apertura de corazón que hace más fácil el proceso de ascensión. La inocencia ablanda las asperezas, la rigidez y flexibiliza las creencias. La inocencia sabia del ancian@ deja que el miedo se aparte y abre lugar al amor. Allí queremos que lleguen sin necesidad de envejecer, simplemente ahora con la consciencia.

Lo amamos profundamente y los abrazo en la luz iridiscente de la inocencia recobrada.

El Buda del Loto Blanco

sábado, 27 de diciembre de 2008


¿Qué es el Dharma?Dharma significa ‘protección’. Con la práctica de las enseñanzas de Buda nos protegemos del sufrimiento. Todos nuestros problemas diarios se originan en la ignorancia, pero esta se elimina con la práctica de Dharma.

El adiestramiento en el Dharma es el método supremo para mejorar nuestra calidad de vida. Esta no sólo depende del progreso material, sino también de que cultivemos paz y felicidad en nuestro interior.

Por ejemplo, en el pasado numerosos budistas vivían en países pobres y, a pesar de ello, disfrutaban de felicidad pura y duradera porque practicaban las enseñanzas de Buda.

Si integramos las enseñanzas de Buda en nuestra vida diaria, podemos resolver nuestros problemas internos y disfrutar de verdadera serenidad. Sin paz interior, la paz externa es imposible.
Si establecemos primero la paz en nuestro interior por medio del adiestramiento en el camino espiritual, la paz externa se impondrá de forma natural; pero si no lo hacemos así, nunca habrá paz en el mundo por muchas campañas que se organicen en su favor.

Puede encontrar una extensa presentación del Dharma en El camino gozoso de buena fortuna.

viernes, 26 de diciembre de 2008



Shantideva, el poeta sabio

Hacia la luz
Shantideva vivió en la gran universidad monástica de Nalanda, posiblemente entre los años 685 y 763 de nuestra era. Es el autor de dos grandes obras, el espléndidamente poético Bodhicharyavatara, “Guía para el estilo de vida del bodhisatva” y el Siksa-Samucchaya, “Compendio de instrucción”, que consiste sobre todo en citas de cerca de cien sutras del mahayana, de las cuales muchas ya no se podrán recuperar de ninguna otra fuente.

El “monje holgazán” sorprende a sus compañeros de Nalanda
Aunque él era un practicante avanzado que tenía visiones del bodhisatva Mañjusri, quien le transmitía enseñanzas de manera directa, para sus compañeros monjes no era más que un holgazán, bueno para tres cosas: comer, dormir y defecar. Un día, con el fin de humillarlo, los demás monjes lo invitaron a que recitará algo de las escrituras ante todo el monasterio. En esa época Nalanda era la institución educativa preeminente del sur de Asia y albergaba varios miles de estudiantes. Shantideva rechazó con modestia tan importante invitación. Sin embargo, los monjes insistieron y al final Shantideva aceptó. Para que su humillación fuera más grande le hicieron un asiento alto para dar enseñanzas, uno en el que no pudiera sentarse, para dar a entender, con ironía, su elevada reputación. No obstante, Shantideva estiró su mano y milagrosamente hizo que el asiento fuera más bajo, luego se sentó en él y preguntó si deseaban que hablara de algo conocido o preferían algo original. Con actitud sarcástica, los congregados optaron por la segunda sugerencia y, para su sorpresa, Shantideva procedió a exponer el magnífico poema en mil versos que hoy conocemos como el Bodhicharyavatara. Cuando recitó los versos que dicen

Cuando ni algo ni nada queda ante la mente
ya no hay más alternativas.
Sin asir objeto alguno
la mente alcanza la paz.

(Bodhicharyavatara, capítulo 9, verso 34)

ascendió al cielo y quedaron sólo sus palabras, claramente audibles aun después de que él desapareció en lo alto. Más adelante alguien lo descubrió en algún lugar remoto, en la India, pero rehusó volver al monasterio. Según la posterior tradición tántrica dejó los hábitos, vivió doce años como guardia de un palacio (armado nada más con una espada de madera pintada de color dorado), casado con una mujer de una casta inferior y terminó sus días como ermitaño en una cueva lejos, en la montaña.

Autor de excelentes manuales prácticos para la vida espiritual
Cuenta la leyenda que el Siksa-Samucchaya fue descubierto reposando en la repisa de la habitación que ocupaba Shantideva en Nalanda, lo que implicaba que él había recopilado ese texto simplemente para su uso y acaso el de algunos de sus amigos. Tal era su modesta naturaleza.

El Bodhicharyavatara es notable por ser una obra de ferviente poesía devota, una guía práctica para el entrenamiento espiritual del mahayana y un abstruso tratado filosófico, todo al mismo tiempo. Con la intención de ayudar a los aspirantes a bodhisatvas a orientarse hacia el bien de otros seres y actuar desde la base, enseña dos métodos fundamentales para esto, la práctica del reconocimiento de la igualdad entre yo y los otros y el intercambio de uno mismo por los demás.

Que pueda ser yo el protector de aquéllos que no tienen quien los proteja,
un guía para todos los viajeros que andan el camino,
que pueda ser un puente, una balsa y una barca
para todos los que desean cruzar (el agua).

Que pueda yo ser una isla para quienes están buscando una
y una lámpara para los que desean luz,
que pueda ser una cama para quienes quieren descansar
y un esclavo para los que desean un esclavo.

(A Guide to the Bodhisattva’s Way of Life, traducido al inglés por Stephen Batchelor, Biblioteca de obras y archivos tibetanos, Dharamsala 1979, cap. 3, vv. 18-19, p. 32)



Cualquier alegría que hay en este mundo
proviene de desear la felicidad de los demás
y todo el sufrimiento que hay en este mundo
no viene de otra parte que de mi deseo de ser feliz.

¿Qué necesidad hay de decir algo más?
los necios se esfuerzan por su propio beneficio,
los budas trabajan por el beneficio de los demás.
¡Mira simplemente la diferencia que hay entre ambos!

(Ibíd. Cap. 8, vv. 129-130, p. 120)

El texto va desde la devoción exuberante

En esos baños de dulces aromas, donde relucen los doseles con perlas sobre exquisitos pilares en los que brillan las gemas y que se yerguen sobre pisos de mosaico hechos de radiantes y claros cristales, a la vista de diversas vasijas incrustadas con gemas enormes y llenas de agua y flores exquisitamente fragantes, baño en ellos a los tathágatas y a sus hijos, con el acompañamiento del canto y la música.(El Bodhicharyavatara, traducción al inglés de Kate Crosby y Andrew Skilton, Oxford University Press, Oxford 1996, cap. 2, vv. 10-11, p.15)

A lo pragmático
Nada hay que siga siendo difícil si se le practica. Así, mediante la práctica con incomodidades de menor intensidad, hasta los más grandes malestares se vuelven tolerables.

La irritación que provocan las chinches, tábanos y mosquitos, el hambre y la sed y el sufrimiento que causa una fuerte comezón, ¡por qué no los consideras como algo insignificante!
(Ibíd., cap. 6, vv. 14-15, p.51)

Y a lo filosóficamente abstruso
Si la ilusión es lo mismo que la mente es falso declarar que también es diferente. Si existe como una cosa en su propio derecho, ¿cómo puede ser lo mismo? Si es lo mismo, ¿entonces no existe en su propio derecho? (Ibíd. cap. 9, v.26, p.117)

Un gran legado espiritual
No tenemos claro con exactitud qué tanto del Bodhicharyavatara que ha llegado hasta nosotros fue realmente escrito por Shantideva. Se ha debatido mucho que los capítulos 2, 9 y 10 pueden ser obra de otros autores y las diversas biografías acerca de Shantideva no concuerdan ni en la extensión de su obra. No obstante, lo que en la actualidad tenemos nos basta para trabajar con ello y el texto, que es una de las más grandes obras de la literatura espiritual que haya dado la humanidad, continúa inspirando y sirviendo como guía para los practicantes 1,200 años después de haber sido escrita.

Fuente: Teachers of Enlightenment, Kulananda, Windhorse Publications.

jueves, 25 de diciembre de 2008

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía
abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía;
al cual la graciosa Madre
en un pesebre ponía
entre unos animales
que a la sazón allí había.
Los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,
festejando el desposorio
que entre tales dos había.
Pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía;
que eran joyas que la esposa
al desposorio traía.
Y la Madre estaba en pasmo
el que tal trueque veía:
el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría;
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía.

San Juan de la Cruz

FELICIDAD

martes, 23 de diciembre de 2008

Pressurgent


QUÉ QUIERE CHINA, EN REALIDAD, DE TIBET? ¿QUÉ MÁS QUIERE DE LOS TIBETANOS? ¿CUÁNTOS MILES DE LAMAS MÁS TENDRÁN QUE MORIR PARA QUE EL MUNDO Y CHINA SE DEN CUENTA DEL GENOCIDIO MAGNICIDA? ¿POR QUÉ NO SON LOS PROPIOS CHINOS LOS INTERESADOS EN DESTERRAR LA DICTADURA SÁTRAPA?

Mi maestro murió en una cárcel china, sometido a torturas terribles, pero siempre fiel a la compasión



Un tribunal chino ha condenado a un tibetano que trabaja para una ONG a cadena perpetua por informar sobre la situación de la región del este del país al resto del mundo, según informó la Campaña Internacional por Tíbet en un comunicado.

La sentencia a Wangdu fue anunciada el mes pasado, mientras que otros seis tibetanos fueron también condenados a largos periodos de cárcel. "Las sentencias no tienen precedentes por su severidad hacia los tibetanos acusados de pasaar información a gente fuera de Tíbet", señaló la organización.

En su opinión, estas condenas "indican una línea más dura dirigida a bloquear las noticias sobre la actual represión en Tíbey y también parece representar un desafío para las ONG que trabajan sobre el terreno", añade el comunicado.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Mi visión va más allá del cielo, pero la atención a mis acciones y sus resultados es más fina que la harina



DUDJOM RINPOCHE



¡Homenaje a mi maestro!
El Gran Maestro de Oddiyana dijo una vez:
No investigues las raíces de las cosas,
¡Investiga la raíz de la Mente!
Una vez que hayas encontrado a la raíz de la Mente,
Sabrás una cosa, no obstante todo será así liberado.
Pero si no logras encontrar la raíz de la Mente,
Conocerás todo, pero no entenderás nada.

Cuando comiences a meditar en la mente, siéntate con tu cuerpo derecho, y permite que tu respiración entre y salga en forma natural. Contempla el espacio frente a ti con los ojos ni cerrados ni totalmente abiertos. Piensa que por el bienestar de todos los seres quienes han sido tus madres, vas a observar a la conciencia, el rostro de Samantabhadra. Ruega fervorosamente a tu maestro raíz, quien es inseparable de Padmasamvabha, el Guru de Oddiyana, y luego mezcla tu mente con la suya. Asiéntate en un estado meditativo equilibrado.

Sin embargo, una vez que hayas asentado tu mente, no podrás descansar por mucho tiempo en ese estado vacío y claro de conciencia pura y prístina. Tu mente comenzará a moverse y a agitarse. De manera inquieta correrá de aquí para allá, por todas partes, como un chango. Lo que estás experimentando en este momento no es la naturaleza de la mente, sino sólo pensamientos. Si permaneces con ellos y los sigues, te encontrarás recolectando todo tipo de cosas, pensando acerca de toda clase de necesidades, planeando diversas actividades. Es precisamente este tipo de actividad mental el que te ha lanzado en el pasado al oscuro océano del Samsara, y no cabe duda que lo hará en el futuro. Sería mucho mejor si pudieras cortar con la siempre expansiva y negra confusión de tus pensamientos.

¿Qué pasaría si pudieras liberarte de las cadenas de tus pensamientos? ¿Cómo es la conciencia pura y prístina? ¡Es vacía, deslumbrantemente límpida, ligera, libre y llena de gozo! No es algo que esté encadenado ni demarcado por su propia colección de atributos. No hay nada en la totalidad del samsara y el nirvana que no lo abrace. Desde el tiempo sin principio, está dentro de nosotros, innata. Nunca hemos estado sin ella, y sin embargo, está plenamente fuera de nuestro campo de acción, esfuerzo e imaginación.

Pero, ¿cómo, preguntarás, es reconocer la conciencia pura y prístina, la cara de Rigpa? Aunque lo experimentes, simplemente no podrás describirlo; sería como un mudo tratando de describir sus sueños. Es imposible distinguir entre tú que descansas en la conciencia pura y prístina y la conciencia pura y prístina que estás experimentando. Cuando descansas de manera natural, desnuda, en el estado ilimitado de la conciencia pura y prístina, todos esos pensamientos molestos y veloces que no se quedan callados, ni siquiera por un instante - todas esas memorias, todos esos planes que te causan tantos problemas - pierden su poder. Desaparecen en el cielo espacioso sin nubes de la conciencia pura y prístina. Se quiebran, se desmoronan y desaparecen. Toda su fuerza se pierde en la conciencia pura y prístina.

De hecho, tienes esta conciencia pura y prístina dentro de ti. Es la sabiduría clara y desnuda del Dharmakaya. Pero, ¿Quién te puede introducir a ella?, ¿En dónde puedes asentar su base?, ¿De qué puedes estar seguro? Para empezar, es tu maestro quien te muestra el estado de la conciencia pura y prístina. Y cuando la reconoces por ti mismo, es cuando has sido introducido a tu propia naturaleza. Todas las apariencias, tanto del Samsara como del Nirvana, son simples despliegues de tu propia conciencia pura y prístina; toma como punto de referencia tu vida, de manera firme, tan solo la conciencia pura y prístina. Así como las olas que se levantan y surgen del océano y regresan a él, así todos los pensamientos que surgen, moran y se disuelven en esa conciencia pura y prístina. Convéncete de su disolución y así te encontrarás en un estado totalmente libre tanto de meditador como de objeto de meditación - más allá de la mente meditadora.

"¡Ah en ese caso!" Podrías pensar, "no hay necesidad de meditar". Bueno, yo puedo asegurarte que sí es necesario meditar. El mero reconocimiento de la conciencia pura y prístina no te libera. A través de tus vidas desde el tiempo sin principio te has visto envuelto en creencias falsas y hábitos engañosos. Desde entonces hasta ahora has gastado cada momento como un miserable y patético esclavo de tus pensamientos. Y cuando mueras, no se sabe a ciencia cierta a donde irás. Seguirás a tu karma y tendrás que sufrir. Es por esta razón que debes meditar, para preservar de manera continua el estado de conciencia pura y prístina al que se te ha introducido. El omnisciente Longchenpa ha dicho, "Puedes reconocer tu propia naturaleza, pero si no meditas y te familiarizas con ella, serás con un recién nacido abandonado en un campo de batalla: serás tomado por el enemigo, el ejército hostil de tus propios pensamientos." En términos generales, meditación significa familiarizarnos con el estado de descansar en la naturaleza primordial y libre de elaboraciones, a través de la atención espontánea, constante y natural. Significa acostumbrarnos a dejar en paz el estado de la conciencia pura y prístina, despojado de toda distracción o aferramiento.

¿Cómo nos acostumbraremos a morar en la naturaleza de nuestra mente? Cuando surjan pensamientos mientras meditas, déjalos que surjan; no hay necesidad de considerarlos tus enemigos. Cuando surjan, relájate en su surgimiento. Por otro lado, si no surgen, no te preguntes nervioso si acaso van a surgir o no. Simplemente descansa en su ausencia. Si aparecen de manera súbita pensamientos grandes y bien definidos durante tu meditación, es fácil reconocerlos. Pero cuando ocurren movimientos sutiles, es difícil darse cuenta que están ahí hasta mucho después. Esto es a lo que llamamos namtok wogyu, la corriente subterránea de la distracción mental. Es el ladrón de tu meditación, así que es importante mantenerlo vigilado. Si puedes estar atento en forma constante, tanto en la meditación como después de ella, mientras comes, duermes, caminas o estás sentado, es justamente eso- ¡estas en lo correcto!

El gran maestro Guru Rimpoché dijo:

Cien cosas se pueden explicar, mil se pueden decir,
Pero sólo una debes entender,
Conoce una cosa y todo se libera-
Permanece en tu naturaleza interior; ¡tú conciencia pura y prístina!

También se dice que si no meditas, no encontrarás la certidumbre: si lo haces, la conseguirás. Pero, ¿qué tipo de certidumbre? Si meditas con un esfuerzo fuerte y gozoso, aparecerán señales de cómo te has acostumbrado a morar en tu naturaleza. Tu aferramiento feroz a experimentar los fenómenos de manera dualista, gradualmente se aflojará, y tu obsesión con la felicidad y el sufrimiento, las esperanzas y miedos, etc, gradualmente se irán debilitando. Aumentará la devoción por tu maestro y tu confianza sincera en sus instrucciones. Después de un tiempo tus actitudes dualistas y tensas se evaporarán y llegarás al punto en donde el oro y las piedras, la comida y la basura, los dioses y demonios, la virtud y la no-virtud, todo será lo mismo para ti - estarás imposibilitado para escoger entre el paraíso y el infierno. Pero hasta que llegues a ese punto (mientras estés aún atrapado en las experiencias de la percepción dual), virtud y no-virtud, tierras búdicas e infiernos, felicidad y dolor, acciones y sus resultados - todo esto es la realidad para ti. Como lo dice el Gran Guru, "Mi visión va más allá del cielo, pero la atención a mis acciones y sus resultados es más fina que la harina."

Es esencial que tengas una base estable de devoción pura y Samaya, unidos a un entusiasmo fuerte y gozoso que esté bien equilibrado, ni muy tenso ni muy suelto. Si eres capaz de meditar, alejándote por completo de todas las actividades y preocupaciones de esta vida, es certero que obtendrás las extraordinarias cualidades del profundo camino del Dzogchen. ¿Por qué esperar a vidas futuras? Puedes tomar por asalto a tu ciudadela primordial hoy mismo, en el presente.

Estos consejos son la sangre misma de mi corazón. ¡Mantenlos cerca y nunca los dejes ir!

domingo, 21 de diciembre de 2008





RIME o “Movimiento no sectario”


El movimiento rimé, es el renovador movimiento ecunémico de intercambio cultural y religioso
entre las diversas escuelas, que tuvo una influencia decisiva en la posterior evolución del
Budismo en el Tibet. Se considera que cualquier Tradición Budista es válida para el propósito de
la progresiva mejora personal hasta alcanzar la iluminación.
Existen tres caminos principales del Budismo: Hinayana (Camino pequeño o personal), Mahayana
(Camino grande o Bodichita) y Vajrayana (Camino diamantino o común). Dentro del Vajrayana
existen muchos linajes o lineas de transmisión que en el Tibet se aglutinaron en las cuatro
escuelas principales Ningmapa, Kagyupa, Sakyapa y Gelupa.
Los más altos lamas tibetanos han estudiado, una vez completado un cabal entrenamiento en la
filosofía y los métodos de su propia escuela, los métodos y principios de las otras escuelas.
Jamgon Kongtrül Lodrö Taye (1813-1899), Yamyang Khyentse Uangpo (1820-1892) y Chogyur
Lingpa (1829-1879) fueron tres grandes maestros del resurgimiento del budismo tibetano en el
siglo XIX, principales artífices del Movimiento no sectario o rimé.
Rimé no significa no pertenecer a un concreto linaje. Un practicante budista debería ser
cuidadoso con esto.
En la actualidad, la mayoría de los cabezas de linajes de las cuatro escuelas, han recibido una
formación en las otras escuelas, siendo todos ellos maestros rimé.

जे त्सोंग खपा


Por el Lama Thubten Yeshe

JE TSONG KHAPA

En el mundo intelectual de occidente, la interpretación común es que el Lama Tsong Kapa fue tan solo un profesor. Los occidentales no le reconocen como a un gran yogui, un gran practicante, un mahasida. De hecho, Lama Tsong Kapa escribió y enseñó mucho más sobre tantra que sobre sutra, pero debido a que no mostró su aspecto de mahasida los occidentales tienen la impresión de que sólo fue un intelectual. Por ejemplo, algunas personas piensan que los Guelupas, los seguidores de Lama Tsong Kapa, no practican la meditación no-conceptual. Piensan que sólo las demás tradiciones meditan de esta manera y que Lama Tsong Kapa negaba este punto y que sólo enseñó meditación intelectual analítica.

He escuchado a individuos occidentales que dicen: "los Guelupas están siempre intelectualizando, siempre forzando sus cerebros". Esto, no es cierto.

Lama Tsong Kapa siendo todavía un adolescente, ya era un gran meditador. Y desde su juventud él no se enfermaba como nos sucede a nosotros. Si tenía algún pequeño problema él solo se curaba. Cuando venía una inundación o una avalancha, él decía una oración y estos pasaban. Si leen su biografía podrán ver que el Lama Tsong Kapa fue un gran mahasida.

El Festival de Monlam, el gran festival de oración que se celebra en Lhasa luego del Nuevo Año Tibetano fue establecido por él. Los monjes, monjas y laicos de todas las tradiciones de Budismo Tibetano acuden todos juntos a presentar ofrendas y a hacer oraciones. Durante el primero de estos festivales se ofrecieron un número inmenso de lámparas de mantequilla. Un día, sin saberse cómo, todas las lámparas se encendieron en una gran llama. Muy pronto el fuego estuvo fuera de control y todo mundo estaba asustado y temeroso de que el templo se quemara. Corrieron gritando donde el Lama Tsong Kapa y le dijeron: "tus ofrendas van a quemar nuestro templo". El se sentó, entró en meditación de samadhi, y en un instante todas las llamas se apagaron debido a una gran ráfaga de viento. Esto sucedió gracias a su meditación del fuego interno.Los tibetanos consideramos que cuando puedes controlar los cuatro elementos de tu sistema nervioso por medio de la meditación en el fuego interno, también puedes controlar los elementos externos. Lama Tsong Kapa no necesitó un carro de bomberos para apagar el fuego, pues con su bomba de incendios interior hizo que las llamas desaparecieron por completo. Esto prueba que el Lama Tsong Kapa fue un ser muy poderosos y realizado. Además, durante este mismo acontecimiento también percibió a los 48 mahasidas en el espacio sobre Lhasa.

Lama Tsong Kapa tampoco carecía de poder telepático. Una vez él se encontraba en una pequeña cabaña de retiro, situada a unos treinta minutos a pie del lugar en donde más tarde él aconsejara que se construyera el monasterio de Sera. De pronto, el Lama se ausentó sin que nadie supiera los motivos. Ese mismo día algunas personas enviadas por el emperador de la China, quien había escuchado de la fama del Lama Tsong Kapa, arrivaron con una invitación para que el Lama fuese a la China. Pero nadie pudo encontrarlo. Nadie tenía ni idea de que esto fuese a suceder dicho día pero el Lama Tsong Kapa sí lo sabía y escapó a las montañas. Esto demuestra que el Lama Tsong Kapa tenía poderes telepáticos pero es también un buen ejemplo de su perfecta renuncia. El más mínimo pensamiento mundano le repugnaba. Pensemos, que nos sucedería a cualquiera de nosotros ante la misma situación. De seguro que habríamos aceptado la invitación! Y en mi caso, yo no habría podido resistirme a aceptar la invitación de alguien rico que viniera a visitarle.

Aun cuando Lama Tsong Kapa fue increíblemente famoso, nunca acudió a lugares de distracción; permanecía en lugares aislados en las montañas nevadas. En cambio nosotros vamos a los lugares más equivocados. Esto demuestra cómo somos, y que nuestra renuncia no es perfecta.

Lama Tsong Kapa tuvo muchos miles de discípulos por todo el Tibet y permanentemente recibía ofrendas, pero él no disponía de una cuenta bancaria o de una casa; ni siquiera tenía un pedacito de tierra en el cual cultivar su comida. Todo lo que recibía lo regalaba a los demás. Permaneció incontaminado. Ganden fue el monasterio de Lama Tsong Kapa pero él permanecía allí en calidad de invitado. Les visitaba, recibía cosas, las regalaba y se iba sin nada. El es el perfecto ejemplo de como vivir de acuerdo con el Dharma.

Dos o tres años antes de que Lama Tsong Kapa muriera, el Buda Manyusri, con quien el Lama mantenía una estrecha relación, le dijo: "Ya te ha llegado la hora de morir". De pronto, un número infinito de Budas hizo su aparición y le rogaron al Lama Tsong Kapa que no muriese, dándole una iniciación de inmensa energía para que pudiese vivir por más tiempo. Entonces Manyusri predijo que él viviría hasta cierta edad específica. Poco tiempo antes de morir a Lama Tsong Kapa se le cayó uno de sus dientes y todos vieron que emitía un chorro de luz como un arcoiris. El le dió el diente a Kedrub Rinpoché, uno de sus hijos predilectos, pero sus otros discípulos dijeron: "Oh, tú le has dado el diente a Kedrub Rinpoche, pero podemos nosotros tener un pedacito también? Lama Tsong Kapa les dijo que rezaran para lograrlo, así que Kedrup Ye puso el diente sobre el altar. Todos hicieron muchas oraciones y meditaron largamente y del diente seguía saliendo una luz de arcoiris. Pasada una semana, Lama Tsong Kapa dijo: "Dónde está1 mi diente? Traiganlo aquí". Cuando él abrió la caja, todos vieron que el diente se había convertido en una imagen de Tara rodeada de píldoras de reliquias. Lama Tsong Kapa dió algunas de las píldoras a los discípulos que las pidieron. Predijo también que 500 años más tarde dichas reliquias irían a Bodgaya, predicción que se ha vuelto realidad: aunque los chinos destruyeron los restos del cuerpo de Lama Tsong Kapa, algunas de sus reliquias fueron llevadas a la India cuando los tibetanos se exiliaron.

Cuando el Lama Tsong Kapa murió, lo hizo de manera perfecta. Primero puso todo en orden. Después le pidió a uno de sus discípulos que trajese una kapala (vasija hecha con un cráneo). Entonces hizo la meditación del ofrecimiento interno y tomó 33 sorbos de dicho ofrecimiento. Esto era un signo de que él internamente era la deidad Guyasamaya. Finalmente murió mientras se encontraba sentado meditando y con sus hábitos puestos.

Esto es lo que distingue a un mahasida. El no tuvo necesidad de anunciar que era un mahasida pues sus acciones lo probaron. Lama Tsong Kapa lo demostró a sí mismo. Puede usted imaginarse morir en forma deliberada y en un estado totalmente puro? Cuando nosotros morimos dejamos hecho todo un desastre. Deberíamos pues motivarnos y orar para que muramos como lo hizo Lama Tsong Kapa en lugar de morir como una vaca. Este es un derecho que tenemos los humanos.

Oren para que en lugar de morir deprimidos, con una expresión miserable, mueran llenos de gozo. Inténtenlo. Existe una posibilidad. Propónganse a ustedes mismos: "cuando yo muera, controlaré mis emociones tanto como me sea posible y moriré en paz". Propóngaselo porque la motivación tiene poder. Cuando le llegue el momento de morir, gracias a su poder de voluntad usted recordará su oración. Si su motivación no es fuerte en este momento, usted llegará a su fin completamente agitado. Si de antemano sabemos qué es lo que hemos de hacer, lo recordaremos en el momento de la muerte. Les digo esto porque yo así lo creo y no porque tenga realizaciones al respecto.

En una ocasión, ya muerto Lama Tsong Kapa, Kedrub Ye se encontró muy triste. Lama Tsong Kapa había explicado todo el Sendero hacia la Iluminación en forma exhaustiva, desde el comienzo hasta el final, partiendo del Hinayana hasta llegar al Paramitayana y al Tantra. Miles y miles de personas habían meditado sobre sus enseñanzas y habían alcanzado realizaciones. Pero Kedrub Ye estaba triste pensando: "ahora las enseñanzas del Lama Tsong Kapa son como relámpagos, como espejismos y están desapareciendo. Infortunadamante los tibetanos se están degenerando. El le enseño a las personas a no aferrarse a los deseos del mundo sensorio y sin embargo hoy en día, las personas están más apegadas y están teniendo más deseos que nunca" . Y Kedrub Ye tenía motivos para sentirse así pues habían muchas degeneraciones. Se encontraba muy apesadumbrado y lloraba y lloraba. Entonces rezó y ofreció un mandala. De repente el Lama Tsong Kapa apareció ante él en la forma de un joven sentado en un trono de joyas rodeado de deidades, dakas y dakinis y le dijo: " Hijo mí no deberías estar llorando. Mi principal mensaje para los seres es que practiquen el camino del tantra. Practícalo tú y luego enséñalo a quienes estén preparados. En lugar de llorar debes tratar de ayudar a convertir esto en realidad lo cual me hará muy feliz".

Lo mismo se aplica a todos ustedes, si practican Lama Tsong Kapa sonreirá.

En otra ocasión Lama Kedrub Ye tenía algunas preguntas técnicas sobre el Tantra y no podía encontrar a nadie que se las contestase. De nuevo se puso a llorar. Su corazón se le partía en pedazos. Una vez más oró fuertemente y ofreció un mandala. Lama Ye Tsong Kapa se le manifestó y le dió muchas enseñanzas e iniciaciones.Y todavía en una ocasión más en la que Kedrub Ye se encontraba llorando y orando intensamente Lama Tsong Kapa se le manifestó en un aspecto de color rojo sosteniendo una espada y una Kapala montando sobre un tigre. Más tarde, él mismo se manifestó como Manyusri, y en otra ocasión en su forma habitual pero conduciendo un elefante blanco.

Cinco visiones aparecieron cuando, por diferentes razones, Kedrub Ye lloró y oró. Bueno y por qué les cuento estas historias? Es bueno saber que Lama Tsong Kapa fue un gran yogui, un mahasida -no hay duda al respecto- y que Kedrub Ye tenía tales realizaciones internas que simplemente llamándolo el Lama Tsong Kapa se le manifestaba.

Ustedes deben también comprender que el campo de trabajo principal del Lama Tsong Kapa fue el tantra. Aun cuando vivimos tiempos degenerados, tenemos la oportunidad de escuchar su forma de explicar el sendero tántrico y de tratar de ponerlo en práctica; somos tan afortunados. Incluso aun cuando sepamos pocas cosas acerca del Budismo, si las practicamos Lama Tsong Kapa estará muy feliz.

sábado, 20 de diciembre de 2008

El corazón de la práctica budista es cultivar un amor y una compasión incondicionales hacia todos los seres.


Hay tres clases de amor: amor afectivo, amor que estima a los demás y amor que desea la felicidad de los demás, llamado también amor desiderativo. Podemos entender en qué consiste cada uno de ellos con el ejemplo que se da a continuación. Cuando una madre se encuentra con uno de sus hijos tras un largo período de separación, se llena de alegría y siente un gran afecto por él. Este sentimiento especial es lo que se denomina «amor afectivo». La madre considera con cariño que su hijo es muy precioso y desea cuidar de él de una manera especial. A este sentimiento especial de aprecio se le llama «amor que estima a los demás». Debido a que siente estos dos tipos de amor, cuando ve que su hijo está triste genera un fuerte deseo de hacerle feliz. Este deseo de que otras personas sean felices y de ayudarles a que lo sean es el «amor desiderativo».

En primer lugar hemos de generar el amor afectivo, y luego el amor que estima a los demás. Entonces, si reflexionamos sobre su infelicidad, generaremos el amor desiderativo. Motivados por este amor emprendemos la práctica de dar. Para ello tomamos la siguiente resolución: «¡Procuraré hacer felices a todos los seres sintientes!»

En su Guía de las obras del Bodhisatva, Shantideva enseña la manera de realizar la práctica de dar con las siguientes palabras:

«Con el fin de beneficiar a todos los seres sintientes,
transforma tu cuerpo en una joya que colma todos los deseos.»

Comenzamos pensando de este modo:

¡Que mi karma virtuoso madure en todos los seres sintientes y que, gracias a ello, puedan alcanzar la felicidad temporal y última!

Imaginamos que nuestro cuerpo se transforma en una preciosa joya que es capaz de colmar todos los deseos, de la cual emanan rayos de luz que iluminan los seis reinos de la existencia cíclica. Estos rayos purifican los diversos lugares de los seis reinos y otorgan a los seres que en ellos habitan todo lo que desean.

Los seres de los infiernos calientes disfrutan de una lluvia refrescante y los que moran en los infiernos fríos gozan del calor del sol; los espíritus ávidos reciben alimento y bebida; los animales adquieren sabiduría; los humanos ven colmados todos sus deseos y necesidades; los semidioses consiguen paz y satisfacción; y los dioses obtienen libertad.

Llegamos a la convicción de que todos los seres sintientes quedan totalmente satisfechos y experimentan un gozo inmaculado. Nos llenamos de gran alegría por la felicidad de estos seres y mantenemos este sentimiento en concentración convergente por tanto tiempo como podamos.

Esta meditación de dar felicidad a los demás es el método supremo para acumular méritos e incrementar nuestra mente de amor.

El corazón de la práctica budista es cultivar un amor y una compasión incondicionales hacia todos los seres. Aplicando los poderosos méतोडोस.

El corazón de la práctica budista es cultivar un amor y una compasión incondicionales hacia todos los seres. Aplicando los poderosos méतोडोस..

लामा GANGCHEN


De él se ha dicho que obra milagrosas curaciones y que puede ver en el alma de las personas. Además, el lama Gangchen ayuda a los más desfavorecidos desde la fundación que preside para promover la paz.

Había oído hablar mucho del lama Gangchen, también apodado Lama de la paz
debido a su labor en la Fundación Lama T. Y. S. Gangchen para la Paz en el Mundo. Entre otras propuestas, el lama Gangchen promueve el Foro Espiritual de las Naciones Unidas para la Paz en el Mundo. Su ashram se encuentra en la frontera entre Italia y Suiza, a orillas del lago Maggiore, asentado al pie de los Alpes. Hasta este bosque de indescriptible belleza se acercan personas de todos los lugares del mundo en busca de iluminación. Quienes lo conocen dicen que es un hombre santo. Este es el caso de un famoso presentador de la televisión italiana que afirma haberse curado de un cáncer de páncreas en su ashram, así que, cuando Alessandro, uno de mis mejores amigos, me llamó para contarme que su hijo
Leonardo estaba internado en un hospital, inmediatamente pensé en acudir a Gangchen. Aún recuerdo la desesperación de sus palabras:
“Necesita diálisis. Uno de sus riñones no funciona”. En aquellos momentos yo partía hacia la guerra de los Balcanes y no pude ayudarles hasta un mes después.
A pesar de que sus padres se habían separado cuando el pequeño tenía solo dos años y de que no había vuelto a ver a su madre, Leonardo no parecía un niño infeliz. Lo conocí, precisamente, cuando tenía esa edad. Parecía un ángel rubio de
ojos azules y supuse que la adoración que su padre sentía por él podría suplir la ausencia de su progenitora. Después de un mes durísimo en Sarajevo regresé a Roma para pasar un par de días. Quería llevar a Leo ante el lama para que le devolviera la salud perdida, así que salimos hacia Milán en tren a primera hora de la mañana. Durante el trayecto aproveché para intimar con él.

“Recuerdo mis primeros seis años con dolor –me confesó Leo–. En la escuela los niños no me dejaban jugar con ellos. `Tú no tienes madre. Habrás nacido de un repollo. ¡Fuera!´, me decían. Entonces me iba a un rincón y me tragaba las lágrimas en solitario.” Cuando Leo cumplió 15 años se produjo un hecho inesperado. El muchacho sintió el deseo irrefrenable de saber quién era su madre y de abrazarla, aunque al mismo tiempo la odiara por haberle dejado. “¿Por qué me habrá abandonado sin interesarse por mí?”, se preguntaba. Entre entrañables confesiones que nunca habría sospechado, Leonardo y yo llegamos a Milán para hacer transbordo y después dirigirnos a la frontera suiza. Por desgracia, justo en ese instante se inició una huelga. Solo disponíamos de 48 horas hasta la siguiente sesión de diálisis, así que nos vimos obligados a coger un taxi, lo cual trastocó nuestros planes. Finalmente, conseguimos llegar al ashram del lama Gangchen a medianoche.

Visita al Ashram


Al llegar nos abrió la puerta una joven que no hablaba italiano. Le preguntamos en inglés si el lama podría recibirnos a la mañana siguiente, pero respondió que era imposible, porque tenía prevista la visita de varios miembros del Fondo Monetario Internacional. No me resigné e insistí. Le expliqué que éramos pobres personas en busca de esperanza, a lo que ella contestó que aguardáramos y se marchó. A lo lejos la oímos hablar con alguien: “Ahí hay dos pobres que no tienen para pagar la consulta. El muchacho está enfermo”. “Es igual –respondió la voz–, lo importante es que el joven se cure.”
Era él, el lama Gangchen, vestido de raso rojo bordado en oro. A su paso todas las mujeres agachaban la cabeza en señal de respeto o tocaban la tela de su túnica. Nos atendió y se dirigió a Leo con estas palabras: “Enfermaste a los seis años y la eclosión se produjo a los quince”. Pero Leo no tardó en contradecirle: “A los quince no me ocurrió nada”. Yo le recordé lo que me había confiado en el tren con respecto a su madre y el lama me miró y me preguntó: “¿Es usted su madre?”Debo reconocer que escuchar esa pregunta me decepcionó. ¿Cómo podría desconocer este dato el hombre que leía en el alma de las personas? Después, el lama nos condujo hasta un altar dispuesto delante de una figua de Buda y, golpeando a Leonardo con fuerza en el hombro derecho, exclamó en italiano: “¡Devi curare!”.
En ese momento observé la cara de Leo y me di cuenta de que su mirada no era terrenal, parecía fuera de este mundo. Puede que el golpe de Gangchen lo hubiera trasladado del presente lineal al infinito cósmico y estuviera contemplando la frontera entre la vida efímera y la muerte eterna, algo así como una suerte de estado de gracia. Antes de que abandonáramos el ashram, Gangchen me llamó y lanzó un vaticinio: “Usted tendrá mucho éxito”. “Absurdo”, pensé. Por aquel entonces yo era una enviada especial a zonas de conflicto y punto. Mis libros, aunque numerosos, habían logrado ventas modestas. ¿A qué éxito se refería el lama?

Milagrosa recuperación


Pese a mis impresiones negativas, lo cierto es que Leo se restableció físicamente. Al pensar en aquel día, cuando rememoro el momento en el que el lama preguntó si yo era la madre del muchacho, debo reconocer que siempre he asumido una actitud maternal hacia Leo y que mi preocupación y mi amor hacia él también lo han sido. Su pregunta, por tanto, estaba justificada. La segunda sorpresa llegó cuando al cabo de un tiempo se cumplió su vaticinio. En un viaje que realicé a Madrid, Joana Bonet, directora de una revista española, me pidió que escribiera un libro sobre la prostitución. Este se vendió en todo el mundo e incluso fue llevado al cine y se convirtió en un filme protagonizado por grandes actores. Así pues, el lama no solo era capaz de leer en el alma de las personas, sino que podía ver el futuro de quienes le rodeaban. Después de aquello, durante años soñé con hacerle una entrevista. Y la casualidad me tendió una mano... Ahí estaba ahora Gangchen, sentado frente a mí.

ISABEL PISANO

viernes, 19 de diciembre de 2008

DORJE




El relámpago sagrado y el centro diamantino de los lamas.

El vajra sus representaciones y simbolismos.
El vajra (o dorje en tibetano) se asocia al budismo tántrico, es el implemento que el lama o el maestro budista generalmente sostiene en su mano derecha. Representa autoridad espiritual y es denominado "cetro diamantino". El vajra simboliza el punto central y sugiere centralidad, constituye el eje, la estabilidad y la imperturbabilidad, también esta asociado a el Buda Akshobya el Buda azul cuyo nombre significa "inquebrantable" o "imperturbable".

Antecedentes del Vajra
Aunque el Vajra se vincula particularmente al budismo tántrico, algunos antecedentes y referencias pre-budistas nos proporcionan una idea de las tempranas asociaciones que llegó a asimilar el símbolo del vajra tántrico.

Relámpago de Indra
En primer lugar significa relámpago o rayo, en particular el relámpago de Indra; de acuerdo con la mitología hindú, él es el rey de los dioses. Indra o Shakra, como a veces se le llama, es una antigua divinidad hindú. El es descrito y elogiado como el dios de la tormenta. En particular es el dios de las nubes oscuras de tormenta que traen consigo las lluvias de temporada, de las que depende la agricultura india. En el arte se representa a Indra como una figura robusta y poderosa, montado en un enorme elefante y sosteniendo con su mano derecha el relámpago o rayo, el vajra. La mitología hindú dice que el relámpago es lo más poderoso que pueda existir: no hay nada que pueda vencerlo o resistirlo -ni un arma ni una armadura ni nada-. El vajra es absolutamente irresistible. Indra utiliza esta irresistible arma para aniquilar a sus enemigos, los demonios de la sed y la sequía. Por lo tanto el término vajra significa, en primer lugar, relámpago, en particular el relámpago de Indra.

Asiento diamantino
Luego tenemos el termino vajrasana que significa "asiento diamantino" que en ocasiones se traduce como "trono diamantino". Para poder entender lo que es el vajrasana tenemos que recordar que el Buda alcanzó la Iluminación a los treinta y cinco años en un lugar llamado Bodh-Gaya, en el estado de Bihar en India. De acuerdo con la tradición, el Buda despertó a la Realidad mientras se encontraba sentado al lado de un árbol. El punto donde se sentó al lado de este árbol ha sido conocido, desde este entonces como el "trono diamantino" o vajrasana. La tradición nos cuenta que se llama así debido a que se considera que todos los Budas anteriores, en los previos ciclos mundanos, han alcanzado la Iluminación sentados en ese punto axial.

¿Qué es el Vajra?
La palabra vajra posee un doble significado en sánscrito. En primer lugar significa relámpago o rayo, y en segundo lugar significa diamante. La mitología hindú dice que el relámpago es lo más poderoso que pueda existir y el diamante es la piedra preciosa más dura: corta todo pero nada puede cortarla, también es absolutamente puro e incorruptible y no se oxida como el hierro; además nada puede mancharlo y permanece puro aún debajo de millones de capas de polvo.

Descripción del vajra
En la iconografía budista, ya sea en dos o tres dimensiones, el vajra, a pesar de referirse a un relámpago o a un diamante, siempre aparece como una especie de rayo estilizado y nunca como un diamante.

En medio está formado por una esfera, saliendo de cada lado de ésta una flor de loto, algunas veces de cuatro pétalos y otras de ocho. De cada uno de los lotos se desprenden cinco rayos, de algunos vajras se desprenden nueve. Uno de los rayos forma el eje central, de tal manera que hay una biela que atraviesa todo el vajra. Los otros cuatro rayos se despliegan en las cuatro direcciones cardinales, después se curvan para unirse al rayo central nuevamente, en el que todos convergen. La parte de cada rayo más cercana al loto tiene forma de hoja, aunque, de hecho, no lo sea. Realmente se trata de la cabeza de una extraña bestia. En algunos vajras podemos distinguir esto de una manera clara, mientras que en otros se ha estilizado tanto a la bestia que no es posible reconocerla.

De esta forma observamos que el vajra consiste en cuatro elementos específicos: una esfera central, dos flores de loto -de cuatro u ocho pétalos-, dos conjuntos de cinco radios y la cabeza de una extraña bestia en los ocho rayos

Simbolismo de los elementos del Vajra
El centro
La esfera central representa la plenitud, la totalidad y la perfección. Por lo tanto, simboliza la Realidad. En el budismo mahayana la palabra que más se usa para denotar la Realidad es Shunyata que, de manera literal, quiere decir ''Vacuidad'' o "Vacío". Sin embargo Shunyata, no significa vacío en el sentido de la "vacuidad" o de la "nada": se refiere al vacío en el sentido de que no hay nada que pueda identificarse con "esto" o "eso" por medio de la mente racional, no hay nada que pueda describirse como "ser" o "no ser", "existencia" o "inexistencia": la Realidad se encuentra más allá del pensamiento y del discurso.

Los lotos
Enseguida pasamos a analizar las flores de loto de cuatro u ocho pétalos. En un vajra encontramos una de éstas desprendiéndose de cada lado de la esfera central. Para entender lo que significan los lotos necesitamos observar la esfera central, la cual no sólo cuenta con un significado geométrico, sino que además representa algo tambien organico un huevo o una semilla. Esta porción central del vajra simboliza la Realidad como fuente (huevo, semilla) última de toda la existencia. El loto en general denota el nacimiento, el desarrollo, el crecimiento -especialmente crecimiento armonioso-. Por lo tanto, los dos lotos, que crecen en los dos lados opuestos de la esfera central, representan el surgimiento de la dualidad básica de la existencia, que surge de la Realidad indiferenciada; representan la división inicial y primordial de la Realidad en dos grandes polos, en dos grandes mitades, en dos grandes mundos.

jueves, 18 de diciembre de 2008

POTALA



Potala significa "Tierra Sagrada del Budismo", y el palacio fue construido en el siglo VIII hace 1.300 años.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Los maestros tienen la virtualidad de conectarnos con nuestra luz. Así iluminados por nuestra propia luz, podemos crear más cosas…



QUE LA JOYA DE LA BODICHITA SUPREMA
QUE NO HAYA APARECIDO, SURJA Y CREZCA;
Y QUE AQUELLA QUE HA APARECIDO NO DISMINUYA,
SINO QUE AUMENTE MÁS Y MÁS.





EL YOGA TIBETANO:
Tiene su origen en las cuevas de Afganistán. Se dice que allí fueron a parar unos yoguis que vinieron del espacio y que conocían la técnica de convertir el cuerpo físico en un cuerpo de luz. Esos yoguis emigraron al Himalaya y enseñaron 84 formas de yoga. Penetraron toda la India y su enseñanza se fusionó con la de la meditación de Sidharta Gautama, el Buda histórico. El yoga tibetano hereda pues, tanto la tradición yóguica, como la enseñanza de la meditación de Buda, como el chamanismo de los Himalayas.

martes, 16 de diciembre de 2008

SARDUY



Cuadro "tibetano" de Severo Sarduy




HOMENAJE A SEVERO SARDUY, POETA, PINTOR, FUNAMBULISTA.






Homenaje Severo Sarduy (1937-1993)


por Ana Belén Martín Sevillano


En todas las tradiciones sagradas encontramos textos que nos hablan de cómo seguir un camino apropiado en la vida, pero que también aconsejan sobre qué senderos pisar para una apacible postmuerte. Si nos circunscribimos a nuestro ámbito cultural los testimonios literales con los que contamos hoy día son bastante escasos. Occidente ha olvidado las enseñanzas provenientes de la fuente griega que nos han llegado fundamentalmente a través de Platón (Fedón, Teetetos), quien, como señala Simone Weil, era el heredero de una tradición mística que bañaba Grecia entera. Por Severo Sarduyotra parte, lo más parecido a una guía de la Muerte, en el mundo cristiano, lo constituyen los Ars Moriendi del medioevo centroeuropeo. Sin duda, han sido las religiones y filosofías orientales las que han sabido conservar, actualizar y vigorizar sus tradiciones sobre el tema. Destaca de entre ellas el Budismo con su Bardo Thödol, mal llamado Libro Tibetano de los Muertos ya que una más acertada traducción sería la de Libro de la Liberación. Este texto constituye la más exhaustiva y completa información sobre el proceso de la muerte que existe en la historia de la humanidad. Los budistas lo leen al oído del moribundo para ayudarle a traspasar el umbral plácidamente; una vez muerto, la lectura continúa pues el control de la consciencia es la vía para alcanzar el Nirvana, o, si esto no es posible, para lograr una reencarnación favorable. Por supuesto, para el cientificismo racionalista nada persiste una vez inerte la materia, por lo que todo este tipo de atavismos le son ajenos. No obstante, desde hace unos años, un círculo de científicos e investigadores (Grey, Lorimer, Moody, Morse, Ring y Sabom) se han interesado por las experiencias de casi muerte o de estados próximos a ella. En los casos que ellos han abordado se encuentran generalmente significativas semejanzas entre lo relatado por los pacientes y lo narrado en el Bardo Thödol, especialmente en las primeras etapas que este delimita. Uno de los efectos positivos de la globalización y de la conversión de nuestro mundo en la ya llamada aldea global es el acercamiento de los occidentales, en este desenraizado fin de siglo, a filosofías ancestrales que son capaces de reforzar el sentido de la existencia y, cuando menos, atenuar ese pathos dominante en Occidente que, como sostienen Argullol y Trías, es el cansancio. Conviene no olvidar que el Budismo ha tenido y tiene una trascendencia moral, social y cultural equiparable a la del Cristianismo, incluso en número de fieles.

A lo largo de la obra del cubano Severo Sarduy (1937-1993) son repetidas las veces en que encontramos las huellas de sus conocimientos sobre religiones no occidentales, es decir, africanas y asiáticas. Si nos detenemos en una de sus obras iniciales, De donde son los cantantes (1967), y analizamos lo que se viene llamando las piezas claves de la identidad cubana: lo español, lo africano y lo chino, entenderemos que lo que pretende llevar a cabo Sarduy es la totalización de las diversas cosmogonías que él, como cubano y como descendiente real de esas etnias y culturas, debió o hubiera debido heredar. En este sentido, Roberto González Echevarría, en su extenso ensayo sobre la obra del autor, aclara,

En Sarduy la literatura es un acto de recuperación, o mejor, una serie de actos de recuperación. Y, ¿qué es lo que se recupera? Lo que se recupera es el sentido, en la acepción más amplia de la palabra, inclusive la más familiar: recobrar el sentido, volver en sí. (p. 3)

La influencia del Budismo penetra en Sarduy más allá de lo que llegan las otras religiones, probablemente debido a que en sí es una religión conceptual y sin Dios, en el sentido judeo-cristiano del término, sin ritos ni cultos para asegurar la protección divina. Así mismo, es innegable la similitud entre la teoría budista sobre lo imperecedero y el carácter fenoménico de la realidad y los postulados sarduyanos de copia y simulacro. Dice el propio autor en su obra La simulación,

Quizás no sea un azar si partí de la ilusión universal, de la realidad como bluff enfático de la nada, tal y como lo insinúa el budismo y concluyo con la dominación de lo vivo por lo inanimado y la repetición. Más allá del placer de lo que pone en escena, como fiestas familiares y consabidas, la simulación enuncia el vacío y la muerte.
----
"Antes disfrutaba de una ilusión persistente: ser uno. Ahora somos dos, inseparables, idénticos: la enfermedad y yo".
----
Al vacío central
su movimiento
debe la rueda;
al blanco
su fulguración
el color.
Alguien tose en la plegaria,
pasa un pájaro:
inconcebible silencio.
----
Pendiente abajo
hacia el no ser,
donde se manifiesta
divinidad alguna
ni gama alguna del color.
Ni blanco.
Ni silencio.
(...)
Adiestrarse a no ser.
Fusionar con eso.