martes, 4 de junio de 2013


"El Tíbet está terminal y solo un milagro puede evitar su desaparición moral. La mayoría de los lamas o altos lamas se han vendido al dinero de los chinos. Hace pocos días que el Oráculo de Nechu, un monje que asesora al Dalai Lama en temas delicados, ha pedido que no haya más inmolaciones en protesta contra los chinos y hay quien sospecha que también lo han comprado. Al próximo que van a comprar de seguir las cosas así es al mismo Dala Lama". Palabras ayer en el Club FARO de Iñaki Preciado, un monje español expulsado por China tras 10 años en un monasterio bompo de esas tierras. Iñaqui Preciado, doctor en Filosofía, habló ayer tras ser presentado por Miguel Martín, redactor jefe de Localia Vigo, sobre "La tragedia de las inmolaciones en el Tíbet (por la represión de China)". Estudioso de la lengua y cultura tibetana hace casi 30 años, monje allá el último decenio pero recorredor de aquella geografía hace mucho más, comenzó con una autocrítica: "Hace 9 años estuve aquí en una charla y dije que no había represión cultural y religiosa por parte de China, si acaso solo política, y debo retractarme. La política china ha cambiado mucho en los últimos años y es su influencia la que está haciendo desaparecer moralmente al pueblo tibetano, Si antes daban mucho palo y poca zanahoria, ahora, sobrados de dinero, dan zanahoria y los tibetanos caen como conejos. y no solo el pueblo llano sino lamas y altos lamas". Preciado, autor de "Adiós, Tíbet, adiós" en Miraguano Ediciones, afirma que "el prostituyente oro de Pekín" está comprando el Tíbet y son cada vez menos los monjes que resisten, de los cuales 108 ya se han inmolado en protesta contra China. "De ellos unos 100 son amdobas, de la provincia de Amdo. Los que lo han hecho en Lhasa, la capital, solo son dos y también eran amdobas, considerados genéricamente los más cultos. ¿Porqué de un lado todos y ninguno del otro? Donde más dinero ha soltado China es en Lhasa, es algo así como la Babilonia del Tíbet, que produce vómito al respetuoso con una tradición y una moral que ya solo se encuentra entre los nómadas y las zonas más atrasadas y menos contaminadas por la influencia china". Dice Preciado que es difícil saber la opinión de los tibetanos respecto a las inmolaciones porque hay miedo a hablar. "Las delaciones están bien pagadas, hay confidentes hasta en los monasterios , cuando un monje se inmola, no solo hacen firmar a sus familiares que no fue por razones políticas sino que incluso les pagan bien por ello. No hace falta ni presionarlos". insiste Preciado: "La agonía del pueblo tibetano no es una metáfora, lo han envenenado con el virus de la codicia, que es el que hoy está extendido en China. La China de hoy nada tiene que ver con la anterior, ni siquiera con la que yo conocí en directo durante la Revolución de Mao en los 70. en la que había solidaridad, apenas culto al dinero. Desde el partido se ha generado un culto a la riqueza y se ha pasado de una economía socialista a un capitalismo salvaje". Preciado duda que con la independencia, que solo defiende el Congreso de la Juventud Tibetana mientras que el Dalai Lama prefiere una "autonomía genuina", se pudiera solucionar el problema dado el nivel de "intoxicación" que consigue todo un aparato de comunicación al servicio de China. "Hay un elemento nuevo de sospecha -dijo- incluso entre los independentistas, y es que hace unos días se eligió como nuevo presidente de estos jóvenes a un tibetano residente en Estados Unidos". En opinión de Preciado, que el Dalai Lama aterrice en Pekín es algo capital para sus pretensiones en el Tíbet. "Si no ocurre solo tienen que esperar va que se muera porque no va a durar mucho más lo que representa. Pero si el Dalai Lama decide dar la mano al Gobierno chino será el certificado de defunción del Tíbet como tal, no digo de su pensamiento, que está sembrado por el mundo. Lo que está claro es los chinos preferirán antes exterminar a los tibetanos que perder el Tíbet, dadas sus inmensas riquezas y su posición geosestratégica en Asia".