sábado, 3 de enero de 2009

SAKYAMUNI




LOS ORÍGENES DEL BUDISMO

El budismo es una tradición espiritual de gran importancia a escala mundial, fundada en el noreste de la India. Se basa en las enseñanzas de Siddhartha Gautama, más conocido como Buda o El Iluminado.

Se originó como un movimiento monástico dentro de la tradición brahmánica dominante en aquel entonces, aunque rápidamente el budismo se fue desarrollando en otra dirección, adquiriendo características propias. Buda no sólo no compartía algunos aspectos muy significativos de la filosofía hindú, sino que también desafiaba la autoridad de sus sacerdotes, y estaba en contra de los sacrificios al culto en los que se basaban estas escrituras. Además Buda abrió su movimiento a personas de todas las castas sociales, rechazando abiertamente la idea de que los asuntos espirituales de las personas estuvieran determinados por la condición social dentro de la que nacen.

Hoy en día, el budismo está dividido en dos grandes ramas: el Theravada (Camino de los Ancianos), y el Mahayana (Gran Vehículo). En algunas ocasiones se hace referencia al Theravada usando el nombre de Hinayana o Pequeño Vehículo.

El budismo ha tenido una influencia muy fuerte no sólo en la India, sino también en países tales como Sri Lanka, Tailandia, Camboya, Birmania y Laos, donde la rama predominante es la Theravada. Por su parte, la rama Mahayana ha tenido una especial influencia en China, Japón, Taiwán, Tíbet, Nepal, Mongolia, Corea y Vietnam, así como en la India. Se estima que el número de miembros de la religión budista que hay en el mundo, oscila entre los 150 y los 300 millones. La razón por la que existe una diferencia tan grande en esta estimación se debe a dos causas: en gran parte de Asia la afiliación religiosa tiende a no ser exclusiva; y resulta especialmente difícil poder estimar la influencia del budismo en países comunistas como China.

ENTORNO HISTÓRICO y CULTURAL de la VIDA del BUDA

El siglo VI a. C. fue una época de gran agitación y actividad religiosa e intelectual en la India, comparable sólo a la que se pudo encontrar en Grecia en la misma época. Como ejemplo de esa especulación y esa efervescencia cultural e intelectual el "Brahmajãlasutra" nos ha dejado toda una serie de interrogaciones y problemas que los sabios indios de aquella época se planteaban y discutían: ¿El mundo es finito o infinito? ¿Eterno o limitado? ¿El espíritu (Ãtman?) del hombre es eterno o limitado? ¿La materia y el espíritu están causados por cualquier otro ser o son creados sin causa? ¿El espíritu subsiste a la muerte? Y si subsiste de que forma ¿consciente o inconsciente? . El problema central seguía siendo el hombre, siempre como objeto de conocimiento y centro de toda especulación.

La elite espiritual estaba compuesta esencialmente por Brahmanes y Sramanas. Los primeros formaban la casta sacerdotal, defensores de la ortodoxia brahmánica, expertos en las complejas técnicas del sacrificio y la liturgia. Obsesionados por los problemas técnicos del sacrificio y del ritual crearon una religiosidad completamente alejada de los sentimientos populares.

Los sramana era la denominación que recibían los ascetas errantes, que cansados ya del ritualismo sacerdotal se retiraban a los bosques renunciando a las vanidades del mundo como a los sacrificios y ceremonia de los Brahmanes De espíritu libre e independiente, intentaban buscar por su cuenta las respuestas a las grandes preguntas que, como las anteriores, se formulaban en aquella época. Tal y como defiende P. Harvey y A. Bareau el Budismo en sus orígenes tuvo mucho que ver la existencia de estos grupos de ascetas.

Con los sramana se introduce una concepción de la realidad alejada ya del optimismo de los Veda. Se producen profundos cambios en nociones tan importantes como es la reencarnación.

Entre los brahmanes y los laicos la perspectiva del renacimiento estaba generalmente aceptado con un cierto toque de optimismo, porque el cumplimiento de ciertos ritos dedicados a este fin eran suficientes para garantizar una nueva vida, una nueva reencarnación en condiciones muy favorables. En los Brãhmana se denominaba Karman a todo ese sistema de ritos y sacrificios que producían otro renacimiento; los ritos producían toda una serie de efectos que resultaban inevitables. Algo parecido a que “quien sacrifica obtiene lo que pide, la riqueza, la inmortalidad...”

Mediante el sacrificio, el sacrificante conseguía que su ãtman sobreviviese a la muerte, pero después vendría otra vida y otros actos y de esa manera se introducía en una espiral sin solución.

Al lado de esta concepción ritualista defendida por los brahmanes, creció otra concepción nacida de las nuevas especulaciones de los ascetas, donde el renacimiento no dependía tanto de los sacrificios como del valor moral de los actos, karman.

Los ascetas veían, sin embargo, con horror la cadena infinita de reencarnaciones y buscaron desesperadamente los medios necesarios para romper esa continua rueda de nacimientos y muertes, samsãra. En las Upanishads empiezan a describirse las primeras conclusiones y análisis. Así la avidya , karman y samsãra constituyen un circulo vicioso del cual no podemos salir y las Upanishads proponen, y nos muestran un camino hacia la liberación, moksha , que es el camino del saber (vidya). Mediante el conocimiento (jñãna) intuitivo de la realidad última del universo y de nuestro yo obtendremos el verdadero saber con que romper la ignorancia que nos impulsa a actuar, con lo cual lograremos reducir nuestro karman y escapar de las redes del samsãra.

Junto a la gran tradición ritualista del brahmanismo había surgido la gran especulación intelectual de las Upansihads. Buda era, sin duda, conocer de las corrientes de pensamiento de su tiempo, y por lo tanto conocedor de los escritos upanishadicos, de la vía intelectual hacia la liberación.

El Buda Shakyamuni incorporó a su pensamiento la estructuración de la realidad proyectada por el hinduismo. Situó a una realidad absoluta, incognoscible, impenetrable, como principio (Brahman hinduista o el Nirvana Budista); y a una ignorancia como base (avidya) la cual nos encubre la realidad última y verdadera del mundo y de nosotros mismos frente a la realidad relativa. Esta realidad relativa es un desdoblamiento de la realidad absoluta desde su unidad a la multiplicidad, desde lo no formal perteneciente a los dioses superiores a lo formal grosero perteneciente a lo corpóreo, pasando por lo formal sutil (correspondiente a los dioses inferiores, entidades subhumanas, lo mental humano, y los entes demoníacos).

Esta realidad relativa evoluciona en Kalpas o ciclos que constituyen el Samsãra, una corriente de muertes y nacimientos sucesivos, determinada por la perturbación dolorosa o duhkha y la impermanencia o anitya, y dirigida por un principio causal o Karman, que une cada acción con sus resultados a través de los siglos.

Ahora bien, donde el Budismo se diferencia fundamentalmente del hinduismo, es su interpretación del principio del "yo". El Budismo nos habla de la inexistencia del yo, del Anãtman, sin alma, en contraposición al Ãtman hindú. En el hombre no hay nada permanente, está compuesto de cinco elementos? o skandhas: 1) el cuerpo y los sentidos; 2) los sentimientos y las sensaciones; 3) la percepción sensorial; 4) las voliciones y las facultades mentales, y 5) la conciencia o razón. Todos ellos conforman al hombre como un ser único, pero no son permanentes, cambian continuamente, y se disuelven tras la muerte. Por lo tanto, el yo, no tiene sentido en este pensamiento porque su existencia no es real, el hombre no es más que un conglomerado de estos agregados. De todo lo que sobrevive, lo único que se transmite en el siguiente nacimiento es el Karman acumulado en esta vida, todo lo demás es impermanente, no existe ningún yo eterno, como tampoco existe ningún ser eterno, ninguna personalidad permanente, divina o humana.

Todo lo constituido es impermanente, todo lo constituido entraña sufrimiento, todo es sin entidad. Sólo la ignorancia o avidya puede ver en el yo una sustancia permanente, esa alma humana que nos trasciende en la muerte. Pero es esa ilusión que se esconde tras la ignorancia la que hay que eliminar para poder obtener la liberación definitiva.

El Buda Shakyamuni era un personaje de su época y todas estas influencias y divergencias no hacen más que demostrar que ningún pensamiento puede trascender su propio tiempo.

En el estudio del Budismo y más concretamente del Budismo Mãhãyana, no podemos olvidar la figura histórica, intelectual y espiritual del Buda Shakyamuni. No hacer referencia a ella quizás nos hiciera perder la perspectiva del significado del Budismo en su nacimiento y posterior desarrollo.

LA VIDA del BUDA

ImageEl Buda Shakyamuni desde su vertiente como personaje histórico nos llena de profundas dudas; hay muchos interrogantes sin resolver, muchos hechos sin demostrar y pocas evidencias de casi todos los aspectos de su vida. Todas las referencias directas que sabemos de Él son gracias al testimonio recogido por terceras personas, pues no se guarda, ni se ha encontrado ningún escrito legado por el mismo Buda.

Los primeros textos budistas no ofrecen una biografía del Buda detallada, sólo recogen algunos aspectos esenciales, dándole, sin embargo, mayor importancia a sus enseñanzas y su mensaje.

No hubo una biografía completa de la vida de Buda sino hasta siglos después de su muerte. En las primeras fuentes de información, sólo se pueden encontrar algunos episodios fragmentados de su vida. Sin embargo, los estudiosos occidentales generalmente están de acuerdo en señalar que Buda habría nacido en el año 563 a.C.

No fue hasta más tarde cuando la persona del Buda Shakyamuni y su biografía cobraron interés, lo que llevó a varias escuelas a componer biografías completas basadas en extractos de Sutras y de probables tradiciones orales.

Entre estas "biografías" se encuentran el "Lalitavistara" de los sarvãstivãdines, que relata la vida del Buda, narrada por Él mismo a sus discípulos en un estilo poético y fantástico. El "Nidãnakathã" de los theravãdines, que recogen la genealogía del Buda y su vida. Fuera ya del Canon, el poeta y filósofo del siglo I a. C., Ashvaghosha, nos ha dejado su biografía en verso, el Buddha-charita.

Tras revisar algunas de estas biografías podemos comprobar la coincidencia de algunos de los aspectos más importantes de la vida del Buda, de lo que podemos deducir que parecen estar basadas en acontecimientos históricos. Aunque volvemos a repetir que el personaje histórico del Buda está recubierto por una espesa capa de incertidumbre que nos aboca más a la leyenda que a la realidad. Podemos saber sin embargo en un umbral de certeza que fue un personaje que predicó una doctrina buscando un nuevo camino paralelo al del hinduismo tradicional, basándose en las Cuatro Nobles Verdades acerca del sufrimiento y en el Nirvana como el estado que libera de la cadena de renacimientos; reunió en su entorno un gran número de seguidores que constituyeron la Sangha, o cuerpo monástico mendicante, y que todo ello dio origen a un gran movimiento denominado Budismo.

Se dice que el Buda Shakyamuni nació en la pequeña república de los Sakya que en la actualidad se localiza en la frontera con Nepal, y cuya capital era Kapilavastu. Nació a mediados del siglo VI a. C. (563?) era el heredero de una familia rica e influyente, algunos nos presentan a su padre como un Rey, aunque lo más probable es que se tratara de un noble local. Así, la infancia y juventud de Siddhartha Gautama transcurrió en el ambiente lujoso propio de su familia, protegido por su padre que lo mantenía encerrado en sus palacios, rodeado de placeres y alejado de la visión de la miseria humana. Pero un día al salir a la ciudad y contactar con la realidad tomó conciencia de hechos imponderables como la vejez, la enfermedad y la muerte. A los 29 años Siddharta renunció a su familia, a su riqueza y a sus tierras para llevar una vida de asceta errante.

Cuentan los Sutras que durante unos años buscó la verdad entre maestros de los que pudiera aprender las técnicas espirituales y las filosofías abstractas. Pero habiendo experimentado con los métodos de la práctica religiosa de su época, Siddhartha pasó a probar la vida ascética como ruta alternativa hacia su objetivo. Pero después de pruebas terribles y al borde de la muerte comprendió que su búsqueda era inútil por ese camino y a partir de ese momento descubrió "la vía intermedia" aquella que se alejaba tanto de los placeres como de las mortificaciones inútiles. Siddhartha tenía ya 35 años y no había alcanzado todavía la liberación cuando sentado bajo una higuera (Bodhi o el árbol de la iluminación) decidió no volver a levantarse hasta alcanzar la liberación total. Allí, en un lugar que en la actualidad se llama Bidh-Gaya, permaneció más de cuatro semanas hasta que un amanecer alcanzó la iluminación; comprendió la realidad de la existencia, la visión del renacer de los demás de acuerdo con su Karman, el origen del sufrimiento causado por el deseo, la realidad del cese de éste y la realidad del camino que conduce a la liberación. Buda se había iluminado finalmente, se había convertido en “el despierto”, había traspasado por fin la barrera del sufrimiento y la angustia que afligían al resto de los seres vivos y ya era capaz de alcanzar la liberación, el nirvana.

Pero después de reflexionar sobre su iluminación, consideró la posibilidad de enseñar a otros a pesar de que la verdad que había experimentado era muy profunda, sutil y más allá de la razón. Decidido a propagar el Dharma abandonó la higuera de la sabiduría y se dirigió al parque de las gacelas, cerca de Benarés, donde predicó su primer sermón y donde por primera vez expuso las cuatro nobles verdades y el Noble Camino Óctuple. Después el Canon sólo proporciona referencia ocasional respecto a los hechos ocurridos en el lapso de tiempo que discurre desde que empezaron las primeras ordenaciones hasta el último año en la vida del Buda. La idea que se recogen en esos escritos es la de un predicador que dedicó su larga carrera de enseñanza a recorrer a pie y con pocas posesiones la cuenca del Ganges, acompañado siempre por sus discípulos y dispuesto a impartir sus enseñanzas a cualquier persona que lo necesitase, desde un Rey a una cortesana.

El Maha-paranirvana sutra recoge los últimos días de la vida del Buda, el cual terriblemente enfermo y con ochenta años de edad murió en Kushinagara (la actual Kasia, en el estado indio de Utar Pradesh, cerca del Nepal) en el año 483? a. C. Obteniendo el paranirvana. Su cadáver fue incinerado y sus cenizas repartidas entre numerosos seguidores de distintas regiones, que las conservaron como reliquias en túmulos y stupas dando lugar a sitios que más tarde se convertirían en centros de peregrinación.

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