martes, 20 de enero de 2009

50 AÑOS DE GENOCIDIO


UNO DE LOS MILES DE LAMAS ASESINADOS



50 AÑOS DE GENOCIDIO COMUNISTA EN TIBET

A pesar de los cincuenta años de ocupación China y las diversas políticas diseñadas para asimilar o "sinificar" a los tibetanos y para destruir su identidad nacional, cultural y religiosa, la determinación del pueblo tibetano para conservar su patrimonio y recobrar su libertad es tan fuerte como lo ha sido siempre. La situación ha conducido al enfrentamiento dentro del Tibet y a un gran fuerzo de propaganda China a escala internacional.

1949-51 La Invasión China
El nuevo gobierno comunista establecido en China envió tropas a invadir el Tibet en 1949-50. Se impuso un tratado al gobierno tibetano en mayo de ese año, aceptando la soberanía sobre el Tibet pero reconociendo la autonomía del gobierno tibetano con respecto a los asuntos internos del Tíbet. A medida de que China iba consolidando su control, comenzaron repetidamente a infringir el tratado y la resistencia abierta a su dominio creció, conduciendo a la Sublevación Nacional en 1.959 y la huida a la India del jefe del estado y dirigente espiritual, el Dalai Lama.

La comunidad internacional reaccionó conmocionado ante los sucesos en Tibet. La cuestión del Tibet fue discutida en numerosas ocasiones por la Asamblea General de la O.N.U. entre 1.959 y 1.965. Tres resoluciones fueron pasadas por la Asamblea General condenando las violaciones de China de los derechos humanos en Tibet y llamando a China para que respetara esos derechos, incluyendo el derecho del Tíbet a la autodeterminación.

Después de 1959: La Destrucción
La destrucción de la cultura del Tíbet y la opresión de su gente fue brutal durante los veinte años que siguieron al Levantamiento. 1.2 millones de tibetanos, una quinta parte de la población del país, murieron como resultado de las políticas de China; otros muchos languidecieron en los campos de labor y prisiones; y más de 6.000 monasterios, templos y otros edificios culturales e históricos se destruyeron y sus contenidos sometidos a pillaje. En 1.980 Hu Yao Bang, Secretario General del partido Comunista, visitó el Tibet - el primer funcionario importante en hacerlo desde la invasión. Alarmado por el alcance de la destrucción qu vió allí, requirió una serie de reformas drásticas y una política de "recuperación". Su dimisión forzada en 1.987 se dijo que derivó parcialmente por sus comentarios de lo que allí había visto. En 1.981, Alexander Solzhenytsin todavía describió el régimen Chino en Tibet como "el más brutal e inhumano que cualquier otro régimen comunista en el mundo." la Relajación de la política de China en el Tibet vino muy lentamente después de 1.979 y se encuentra severamente limitada.


Dos delegaciones fueron enviadas por el Dalai Lama a mantener conversaciones exploratorias de alto nivel con el gobierno Chino y con líderes del partido en Beijing entre 1.979 y 1.984. Las conversaciones fracasaron porque los chinos no estaban, por entonces, dispuestos a discutir nada sustancial excepto el regreso del Dalai Lama desde el exilio. El Dalai Lama ha insistido siempre que su regreso no es el asunto; en vez de ello, la cuestión que necesita ser resuelta es el futuro de los seis millones de tibetanos que viven dentro del Tibet. Es opinión del Dalai Lama que su regreso dependerá enteramente de resolver la pregunta de la condición y derechos del Tibet y su gente.




TIBET: 50 AÑOS DE IGNOMINIA GENOCIDA




En los años recientes la situación en Tibet se ha deteriorado una vez más, llegando en 1.987 a protestas abiertas contra la dominación china, en Lhasa y otras partes del país. Uno de los factores principales que conducen a este deterioro ha sido el influjo grande que ejercen los chinos en el Tibet, particularmente en sus poblaciones más importantes. El número exacto de chinos es difícil de evaluar, porque la gran mayoría han inmigrado sin obtener permisos oficiales de residencia. Así, las estadísticas chinas son enteramente falaces, cuando cuentan, como ellos hacen, únicamente el pequeño número de inmigrantes registrados. En valles urbanos y fértiles del Tíbet, particularmente en Tibet oriental, los chinos sobrepasan en número a los tibetanos por dos, y a veces tres a uno. En áreas rurales seguras, particularmente en Tibet occidental, hay muy poco chinos. Sin considerar los números, el impacto total de la influencia china es devastador porque los chinos no solamente controlan el poder político y militar en Tibet, sino también la vida económica, e incluso la vida cultural y religiosa de la gente.

El aumento de presencia militar e incluso civil de China en Tibet ha sido una fuente de grande preocupación para la India, pues incide directamente sobre su propia seguridad. Tibet actuó durante siglos como un colchón de seguridad vital entre la China e India. Sólo cuando las tropas chinas se encararon con las tropas indias en la frontera indo-tibetana, el resto de mundo se ha dado cuenta de que las tensiones, e incluso la guerra, han amenazado a las dos potencias más habitadas del mundo. Cuanto más se convierta Tibet en una provincia china, poblado por chinos, más fuerte será la posición estratégica de China a lo largo de los Himalayas. El alcance militar creciente de China ha llegado a concernir a muchas naciones asiáticas, no solo a la India.

Por su parte, el gobierno comunista chino “vende” el cincuentenario como “50 años de liberación”. Si liberación es asesinar, en efecto son los más hartos liberadores. Dicen que ayudaron a salir del medioevo a la sociedad de los lamas. Sí. Claro. Mao no era medieval. Ni la revolución cultural.

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