LAMA DORJE CHANG// yungchen lhamo
sábado, 30 de octubre de 2010
lunes, 25 de octubre de 2010
LISTAS NEGRAS
El objetivo de China no es construir un país democrático explica Xulio Ríos, analista en el Observatoro de la política china. “El objetivo histórico fundamental de China es recuperar la supremacía global” sentencia.
Uno de los enemigos más conocidos de China es Google. A comienzos de 2010, en uno de los enfrentamientos entre ambos, provocó que el portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores sentenciara: “China, como otros países, maneja su Internet de acuerdo a la ley y tenemos normas específicas respecto a qué contenido puede ser difundido en la red”. Días después, el Gobierno chino dio un duro golpe. A esto le podemos sumar el ataque que se produjo a los usuarios de la empresa norteamericana.
"Más que personas, entidades y conceptos"
La cadena de televisión británica BBC, Amnistía Internacional, Reporteros Sin Fronteras o la Iglesia Católica no son bienvenidos en China. Según Ríos todos suponen un “desafío político al poder del PCCh (Partido Comunista de China)” y por ende no lo tienen fácil cuando tratan de llevar cualquier iniciativa al país.
Un concepto que no tiene cabida para el régimen es el de independentismo. Taiwán y Tíbet son el mejor ejemplo de desafío independentista en China. Lo mismo que la autonomía que reclaman los sindicatos, que desde el Gobierno se entiende como una rivalidad con el poder establecido. Ambas regiones dan al régimen chino recursos importantes. Con el Tíbet, además de las minas y demás recursos pueden decir que tienen la montaña más alta del mundo. En el caso de Taiwán, controlarla implica controlar también el estrecho por el que cada día pasan barcos con petróleo o productos comerciales para y de todo extremo oriente.
Pluralismo político y libertad de expresión son otros dos derechos que el PCCh se niega a desarrollar. Ocho, es el número de partidos que pueden competir en las elecciones, el único detalle es que todos reconocen la autoridad suprema del PCCh, “son todos iguales” dice Ríos.
EEUU y un largo etcétera
EEUU es el antagonista favorito del régimen chino. La relación que ambos países mantienen es muy compleja, y los acuerdos a los que llegan en el ámbito económico no se tienen en cuenta cuando se habla de estrategias. Para China, EEUU es un obstáculo en su escalada mundial. Ríos lo resume así: “EEUU sabe que China puede quitarle el poder en 15 o 20 años, y va a tratar de hacer todo lo posible para impedirlo”.
Si nos referimos a sus vecinos más cercanos, el nombre de Japón es el que sube al número uno de la ‘lista negra’. Es la relación más difícil y delicada y en las últimas semanas las relaciones se han “envenenado”. El conflicto entre ambos es histórico, y hay una larga lista de agravios entre ambos países que dificultan las relaciones. Pero China tampoco se lleva bien “con prácticamente todos los países del sudeste asiático” dice Ríos, aunque reconoce que las relaciones “no son tan complejas como con Japón”.
En los últimos días se ha hablado mucho de la ‘Guerra de divisas’. China no está dispuesta a apreciar el yuang (pese a las presiones de EEUU o la UE). Según el analista, “es hartamente improbable que China haga un gesto de cierta relevancia porque internamente, este cambio supondría un riesgo enorme”. Sus exportaciones se encarecerían mucho y desembocaría en la ruina para muchas empresas y para millones de chinos.
La complicada disidencia china
La mayor parte de los chinos comparte los ideales del régimen explica Ríos. Es por eso que los disidentes son pocos y poco relevantes en China. Por si fuera poco el Gobierno asegura que las noticias no lleguen completas, lo que hizo con el Nobel de la Paz de este año. Xiaobo es defensor de los derechos humanos y prisionero del régimen desde el 25 de diciembre de 2008. Su juicio duró menos de tres horas y fue encarcelado para los siguientes 11 años. La razón literal de la sentencia: “incitar a la subversión contra el poder del Estado”. Sin embargo, no es el primero, y tampoco será el último en sufrir las represalias del sobre el PCCh.
Ríos nos recuerda varios nombres de otras personas no gratas para el Gobierno de Hu Jintao, como Wei Jingsheng, uno de los disidentes de Tiananmen. Aunque en la actualidad se dedica a sus negocios, sigue teniendo vetada la entra al país, “si residiese en China lo más probable es que estuviese en la cárcel” explica el analista.
Los conflictos en cultura y religión
No es posible hablar de oposición al régimen chino sin nombrar al Dalai Lama. Pero no se trata sólo de él, sino de “todos sus acreedores mediáticos de Hollywood” introduce Ríos, como Richard Gere, un reconocido opositor del régimen. Gere tampoco puede entrar en China, como varios grupos musicales extranjeros. Si en sus conciertos gritan algo así como: ‘Free Tibet’, en ese instante quedan vetados en el país, y sus discos se retiran del mercado de manera automática.
El analista explica que la religión es otro de los aspectos que es mejor no mencionar en China. Todo aquello que esté relacionado con el Tíbet, “tiene una connotación negativa para el régimen”. Así encontramos otra entrada en esta ‘lista negra china’: Li Hongzhi. El fundador de Falun Gong, una organización religiosa, puso al régimen contra las cuerdas, desde entonces cualquier cosa relacionada con Falun Gong es perseguida por el PCCh.
sábado, 23 de octubre de 2010
La naturaleza de las diferentes cosas
Dzogchen, es el conocimiento de la condición real de un individuo. La palabra Dzogchen es tibetana y dzog significa el “estado auto-perfecto” y chen significa “total”. Este estado perfeccionado es nuestra potencialidad, nuestra verdadera naturaleza que está más allá de las palabras, los juicios o el análisis intelectual. Para poder descubrir nuestra potencialidad, tenemos las enseñanzas Dzogchen que existen tanto en el Budismo Tibetano como en el Bon, la tradición espiritual anterior al Budismo en el Tibet.
Las enseñanzas Dzogchen, también conocidas como Atiyoga, o el Yoga Primordial, constituyen un sendero íntegro para la realización de la verdadera condición de cada individuo, y se caracterizan por su enfoque directo ya que, en su esencia, no dependen de formas externas ni rituales.
Las enseñanzas Dzogchen muestran como cada uno de nosotros puede asumir la responsabilidad de nuestra propia situación en vez de mirar hacia fuera en busca de una solución, sea esta una persona, un estado, una institución o un sistema de creencias.
Por ello, el conocimiento de Dzogchen no es algo que podamos asumir o adoptar, es más bien algo que podemos descubrir mediante nuestra experiencia directa.
El primer paso en este sendero es recibir la introducción directa del estado de Dzogchen mediante la transmisión de un Maestro que lo ha realizado. Tras esta introducción, el estudiante descubre su verdadera naturaleza - y como integrar todos los fenómenos en ella - de manera experimental mediante las enseñanzas que una larga tradición de Maestros ha transmitido directamente de Maestro a estudiante en un linaje sin interrumpir desde Garab Dorje, el primer maestro Dzogchen, nacido unos 200 años antes de la era cristiana, hasta la actualidad.
viernes, 22 de octubre de 2010
Libertad para el idioma tibetano
Estudiantes tibetanos volvieron a manifestarse el jueves en el oeste de China en contra de las políticas que buscan extender el uso del idioma chino en las escuelas, expandiendo las protestas desatadas previamente esta semana, dijo un grupo activista.
Free Tibet, grupo con base en Londres, indicó que los estudiantes salieron a las calles en Tawo Town, también conocido como Dawu, en la provincia de Qinghai, que tiene una gran población de etnia tibetana.
En otra protesta en la provincia, estudiantes de escuela media en Tongren fueron impedidos de abandonar las instalaciones de sus colegios, dijo el grupo.
Alrededor de 2.000 estudiantes de cuatro escuelas en el condado de Chabcha, en el Tíbet, se manifestaron el miércoles contra los planes del Gobierno de reducir la enseñanza en idioma tibetano a favor del chino mandarín, señaló Free Tibet en un correo electrónico.
"Queremos libertad para el idioma tibetano", gritaron los estudiantes en Chabcha, de acuerdo al grupo, que es crítico con las políticas chinas en áreas tibetanas y milita a favor de la autodeterminación del territorio.
La confrontación por el uso del mandarín en la educación es el último punto de fricción entre el Gobierno y la etnia tibetana, que está resentida con los controles de Pekín a su región, cultura y religión budista.
Los dialectos tibetanos son muy diferentes del idioma chino. El Gobierno dice que los tibetanos deben aprender un chino fluido para beneficiarse de las oportunidades educativas y laborales.
Los críticos dicen que la medida amenaza la cultura tibetana y hará que los estudiantes no aprendan con fluidez ninguno de los dos idiomas.
La policía y docentes intentaron poner fin a las protestas, dijo el grupo. No hubo reportes de violencia.
El martes, al menos 1.000 estudiantes de etnia tibetana marcharon por Tongren, también conocido como Rebkong, sin intervención de la policía, dijeron residentes contactados por teléfono y Free Tibet.
China mantiene un férreo control sobre la Región Autónoma del Tíbet, pero normalmente da una mayor libertad a las grandes poblaciones tibetanas en las provincias vecinas, como Qinghai.
miércoles, 20 de octubre de 2010
DALAI LAMA:
1. Inteligencia y entendimiento mutuo:
“Nuestra inteligencia necesita alcanzar un balance, de otra forma se torna peligrosa. Por ello, la ética y la moral se vuelven importantes.”
“Si la inteligencia se vuelve socialmente responsable, nunca será destructiva”.
“Para lograr soluciones es necesaria la cooperación. Para ello se requiere generar confianza: ser honestos entre nosotros”.
2. La verdadera libertad:
“Sin la libertad individual no se puede ser creativo y alcanzar el potencial humano”.
“Hay que dejar ir el odio si se quiere ser verdaderamente libre”.
3. La compasión para vencer el miedo:
“El miedo surge para ser precavido. De ahí surge la ira en busca de protección, pero en realidad se torna en una agresión”.
“La compasión es el sentimiento que trae la paz y es esencial. El miedo se vence con ella. La semilla de la compasión germina en la inteligencia”.
“La meditación es una práctica para ayudarnos a aumentar nuestra compasión y tolerancia”.
4. Felicidad ante todo:
“La tragedia es parte de la felicidad, porque trae una nueva oportunidad. La tristeza es inútil”.
“Nuestra vida depende de la esperanza. Esperanza en ser felices”.
Otras reflexiones
Representantes de otros credos también hablaron en la Universidad de Emory con el Dalai Lama sobre lo que significa la felicidad:
El mundo capitalista actual nos hace gastar dinero que no tenemos para comprar cosas que no necesitamos y alcanzar una felicidad que no dura. Si la riqueza se comparte, se es menos rico. Si el poder se comparte, se es menos poderoso. Pero la felicidad aumenta si se comparte.
Jonathan Sacks, rabino de la Unión de
Congregaciones Hebreas del Reino Unido.
A veces tomamos tan en serio lo bueno de esta vida que lo confundimos con Dios. La felicidad es usar las bendiciones que recibimos en este mundo para compartirlas con otros.
Catherine Jefferts, presidente del
Arzobispado de la Iglesia Episcopal.
La felicidad en este mundo es temporal. Podemos vivir en un mundo que no nos hace felices, pero aun así no podemos dejar nuestra búsqueda de la felicidad. No solo se está en el mundo para buscar la felicidad, sino también para obtenerla.
Seyyed Hossein, profesor de estudios islámicos de la Universidad George Washington.
¿Quién es el Dalai Lama?
Tenzin Gyatso, el nombre de su santidad el 14to Dalai Lama, nació en 1935 en una aldea de campesinos en el noreste de Tíbet.
A los dos años de edad se le reconoció como el nuevo Dalai Lama, líder del pueblo tibetano. De acuerdo con la creencia budista-tibetana, todo Dalai Lama es la reencarnación del previo porque ellos son Bodhisattvas, seres iluminados que deciden renacer para servir a la humanidad.
En 1949 China invade Tíbet, con lo que inicia el periodo de exilio de miles de tibetanos. Es aquí cuando el rol del Dalai Lama se vuelve vital en la búsqueda pacífica por la liberación de esta región. Por sus acciones y planes al respecto, el Dalai Lama ganó el Premio Nobel de la Paz en 1989.
El líder tibetano propone la restauración pacífica de Tíbet como tierra independiente y espera que, cuando suceda, se establezca ahí una república libre y democrática. Actualmente vive en Dharamsala, India, centro mundial del exilio tibetano.
1. Inteligencia y entendimiento mutuo:
“Nuestra inteligencia necesita alcanzar un balance, de otra forma se torna peligrosa. Por ello, la ética y la moral se vuelven importantes.”
“Si la inteligencia se vuelve socialmente responsable, nunca será destructiva”.
“Para lograr soluciones es necesaria la cooperación. Para ello se requiere generar confianza: ser honestos entre nosotros”.
2. La verdadera libertad:
“Sin la libertad individual no se puede ser creativo y alcanzar el potencial humano”.
“Hay que dejar ir el odio si se quiere ser verdaderamente libre”.
3. La compasión para vencer el miedo:
“El miedo surge para ser precavido. De ahí surge la ira en busca de protección, pero en realidad se torna en una agresión”.
“La compasión es el sentimiento que trae la paz y es esencial. El miedo se vence con ella. La semilla de la compasión germina en la inteligencia”.
“La meditación es una práctica para ayudarnos a aumentar nuestra compasión y tolerancia”.
4. Felicidad ante todo:
“La tragedia es parte de la felicidad, porque trae una nueva oportunidad. La tristeza es inútil”.
“Nuestra vida depende de la esperanza. Esperanza en ser felices”.
Otras reflexiones
Representantes de otros credos también hablaron en la Universidad de Emory con el Dalai Lama sobre lo que significa la felicidad:
El mundo capitalista actual nos hace gastar dinero que no tenemos para comprar cosas que no necesitamos y alcanzar una felicidad que no dura. Si la riqueza se comparte, se es menos rico. Si el poder se comparte, se es menos poderoso. Pero la felicidad aumenta si se comparte.
Jonathan Sacks, rabino de la Unión de
Congregaciones Hebreas del Reino Unido.
A veces tomamos tan en serio lo bueno de esta vida que lo confundimos con Dios. La felicidad es usar las bendiciones que recibimos en este mundo para compartirlas con otros.
Catherine Jefferts, presidente del
Arzobispado de la Iglesia Episcopal.
La felicidad en este mundo es temporal. Podemos vivir en un mundo que no nos hace felices, pero aun así no podemos dejar nuestra búsqueda de la felicidad. No solo se está en el mundo para buscar la felicidad, sino también para obtenerla.
Seyyed Hossein, profesor de estudios islámicos de la Universidad George Washington.
¿Quién es el Dalai Lama?
Tenzin Gyatso, el nombre de su santidad el 14to Dalai Lama, nació en 1935 en una aldea de campesinos en el noreste de Tíbet.
A los dos años de edad se le reconoció como el nuevo Dalai Lama, líder del pueblo tibetano. De acuerdo con la creencia budista-tibetana, todo Dalai Lama es la reencarnación del previo porque ellos son Bodhisattvas, seres iluminados que deciden renacer para servir a la humanidad.
En 1949 China invade Tíbet, con lo que inicia el periodo de exilio de miles de tibetanos. Es aquí cuando el rol del Dalai Lama se vuelve vital en la búsqueda pacífica por la liberación de esta región. Por sus acciones y planes al respecto, el Dalai Lama ganó el Premio Nobel de la Paz en 1989.
El líder tibetano propone la restauración pacífica de Tíbet como tierra independiente y espera que, cuando suceda, se establezca ahí una república libre y democrática. Actualmente vive en Dharamsala, India, centro mundial del exilio tibetano.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Tenemos un nuevo premio Nobel de la Paz; este año no podemos decir que es un premio preventivo, Liu Xiaobo merece con creces este premio. Xiaobo es una de las voces que junto al Dalai Lama, premio Nobel de la Paz 1989, denuncian la violación sistemática de los derechos humanos en China.
Una muestra de la opresión china es la situación del Tíbet, país invadido por China en 1959. En este periodo de tiempo el Tíbet no es un país libre. Desde la invasión, más de un millón de tibetanos han perdido la vida y más de 130.000 han tenido que exiliarse. El suelo tibetano se está utilizando como uno de los cementerios nucleares más grandes del mundo.
Esta es la verdadera cara de los gobernantes de la República Popular China. No es de extrañar que llamen a Liu Xiaobo criminal, lo mismo hacen con el Dalai Lama.
La distinción del Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo tiene que ser una llamada de atención al mundo, un anhelo de libertad, una petición unánime de todos los demócratas del mundo para decir a China que termine con la represión dentro y fuera de su país.
Una muestra de la opresión china es la situación del Tíbet, país invadido por China en 1959. En este periodo de tiempo el Tíbet no es un país libre. Desde la invasión, más de un millón de tibetanos han perdido la vida y más de 130.000 han tenido que exiliarse. El suelo tibetano se está utilizando como uno de los cementerios nucleares más grandes del mundo.
Esta es la verdadera cara de los gobernantes de la República Popular China. No es de extrañar que llamen a Liu Xiaobo criminal, lo mismo hacen con el Dalai Lama.
La distinción del Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo tiene que ser una llamada de atención al mundo, un anhelo de libertad, una petición unánime de todos los demócratas del mundo para decir a China que termine con la represión dentro y fuera de su país.
viernes, 8 de octubre de 2010
NOBEL DE LA PAZ EN PRISIÓN
El disidente chino Liu Xiaobo, galardonado este viernes con el Premio Nobel de la Paz a propuesta del Dalai Lama y el ex presidente checo Vaclav Havel, entre otros, se encuentra encarcelado por "incitar a la subversión del poder del Estado", al pedir una reforma política en China que respete los derechos humanos.
La portavoz de Amnistía Internacional, Olatz Cacho, destacó, en declaraciones a Servimedia, que Liu, escritor, ensayista y profesor universitario, está declarado por esta organización como preso de conciencia.
Cacho celebró la concesión del Nobel de la Paz a Liu y destacó que este premio llega en "un día positivo para los derechos humanos en China" y justo dos años después de su última detención, el 8 de diciembre de 2008, dos días antes de que se hiciera pública la Carta 08.
Este documento, del que Liu es coautor, reivindica reformas políticas y legales en China que respeten los derechos humanos en el país y está inspirado en la Carta 77 de Vaclav Havel.
Cacho indicó que Liu cumple actualmente 11 años de prisión por el "crimen" de ser coautor de la Carta 08, que propone "la separación de poderes y la libertad de expresión, que difícilmente son crímenes en ningún otro país". "Curiosamente, fue condenado el día de Navidad de 2009 en un juicio injusto que duró dos horas", apuntó.
"Éste es un caso que pone de manifiesto la falta de libertad de expresión en China, que su sistema judicial, obviamente, no es independiente y también es una muestra del hostigamiento que sufren las personas que defienden reformas democráticas", apostilló.
Cacho pidió la "liberación inmediata e incondicional" de Liu porque "manifiestamente no ha utilizado la violencia y cuyo único delito es haber expresado su opinión sobre la necesidad de reformas en China".
Después de ser condenado el 25 de diciembre de 2008, el Tribunal Superior Municipal de Pekín confirmó el pasado 12 de febrero la condena de 11 años de prisión para Liu.
jueves, 7 de octubre de 2010
7 DE OCTUBRE, DIA DE LA INVASIÓN CHINA
Una región con minas de oro, uranio y en la que nacen los mayores ríos de su continente, es un país rico o al menos en potencia. Si a eso le sumamos una superficie que haría grande al país más pequeño, llegamos al Tíbet.
Con más de un millón de kilómetros cuadrados, la Región Autónoma del Tíbet es la segunda región más extensa de la República Popular China. Un diamante en bruto si tenemos en cuenta que sus habitantes no se propusieron en ningún momento exprimir la tierra que les alojaba. "Tenemos minas de uranio, pero... los tibetanos no queremos hacer bombas" explica Thubten Wangchen, director de la Fundación Casa del Tíbet de Barcelona.
En otras palabras: el Tíbet no sólo tenía minas de oro y uranio, ¡éstas eran vírgenes! Esa exclamación fue la que Mao-Tse Tung pudo lanzar hace sesenta años. Entonces (el siete de octubre de 1950) 80.000 soldados chinos llegaron al Tíbet con un plan: asentarse y explotar sus recursos. No era una idea nueva. A principios del siglo XX, tanto británicos (colonos en la India), como chinos y rusos habían intentado hacerse con la zona, pero esta vez sería por más tiempo.
Una ilusión olímpica
Las últimas novedades sobre el estado del conflicto chino-tibetano llegaron en 2008. Las olimpiadas que se celebraron en Pekín ese año fueron una oportunidad para mostrar al mundo entero el doble rasero de China. La celebración del evento significó la aceptación de un conflicto en el que China llevaba metida más de cincuenta años.
Sin embargo, dos años después del evento y de la polémica, el problema tibetano ha vuelto a quedar oculto por otras noticias llegadas desde Asia. ¿Por qué? "Nadie quiere molestar a China, nadie quiere perder el negocio de productos baratos" critica Wangchen.
Desde la web oficial de la Administración Central Tibetana, apoyaron la celebración de los Juegos Olímpicos en Pekín a la par que civiles y activistas se alzaban cuando el mundo les miraba. China simuló en julio de 2008 el comienzo de unas negociaciones que no llegaron a ningún puerto. Lhasa (capital del Tíbet) sufrió sus peores disturbios en veinte años.
"Los tibetanos son pacíficos, pero también son gente dura que no pone las cosas fáciles" dice Wangchen. La idea de acomodarse en Tíbet no es cosa de un día.
Un desarrollo con doble filo
El ferrocarril que unió las las capitales china y tibetana en 2006 también era parte de la doble verdad china. "El turismo era la excusa" explica Wangchen, "sólo el 30% de los turistas chinos vuelven, el otro 70% se quedan en Lhasa" donde cobran el doble que en China.
La actividad turística a la región del Tíbet estuvo prohibida entre los años 1963 y 1971. Las "excusas" chinas se venían abajo y la presión internacional no llegaba a serlo. Así, en 2003, la India reconoce a Tíbet como provincia china. Pese a esto, Nueva Delhi decidió que el Dalái Lama y su Gobierno podían seguir exiliados en Dharamsala (India).
La religión y la cultura no iban a ser menos, y en 1978 la confrontación cambió de ámbito por segunda vez. De la política a la religión, en diciembre de ese año, el Comité Central del Partido Comunista Chino. En aquel punto decidieron limitar la tolerancia religiosa tibetana aunque doce antes ya se había producido el primer ataque frontal a la cultura tibetana. En 1966, la Revolución Cultural china destruyó 6.300 templos y lugares histótricos tibetanos.
El largo exilio
En la década de los años 50, con el "Acuerdo de diecisiete puntos" recién firmado (documento con el que la invasión dejaba de serlo a ojos de la opinión internacional), el Dalái Lama (dirigente político y espiritual tibetano) mantuvo contacto con el Gobierno chino. Wangchen explica que fueron nueve los años que China necesitó para construir una red de carreteras mínima, para lo cual necesitaba cierta paz social en Tíbet.
Una vez construidas vías de acceso básicas y bajo la aparente actitud conciliadora, China tenía el terreno preparado para entrar en la región con todo el equipo. La militarización mínima de Tíbet significaba que el conflicto bélico fuese improbable, China lo sabía.
La revuelta tibetana y la reducción brutal de la misma en 1959, fue razón suficiente para que el Dalái Lama y sus ministros se exiliaran. Desde aquel 17 de marzo y hasta hoy, se formó en Dharamsala (India) el denominado Gobierno Tibetano en el Exilio.
El entonces y ahora Dalái Lama (puedes seguirle en Twitter) se dedica a la diplomacia y a atender a los medios de comunicación. A los treinta años de exiliarse (en 1989) recibió el Premio Nobel de la Paz por su intensa actividad en pro de la solución del conflicto entre chinos y tibetanos. Pero el galardón no sirvió de mucho, treinta años después el problema sigue sin resolverse.
AMIGO
Sebastián Álvaro está cansado. Cuando se pone al teléfono, acaba de concluir un agotador día de travesía y se dispone a acostarse para madrugar a la mañana siguiente [hoy] para dirigirse a Katmandú. “Aquí se vive con la luz. A las seis de la tarde se va la luz, lo que tardamos en cenar, a la cama y a las cinco de la mañana cada día [nos levantamos] y a las seis ya estás en marcha”, resume.
Hace alrededor de dos meses comenzó un viaje en el que ha atravesado en moto los 5.000 kilómetros que llevan de punta a punta del Tíbet. Ahora ya está en la recta final de su expedición. A pesar del cansancio acumulado, no hace falta que nadie le insista para que se lance a hablar del Tíbet, uno región que ha visitado, explorado y escalado “veinte, treinta, cuarenta veces o por ahí”.
“Seguramente a los chinos no les va a gustar lo que yo voy a decir”, advierte antes de denunciar la situación que sufren los tibetanos a diario bajo su punto de vista. “La situación tibetana dentro de China lejos de aflojar la gran presión, en los últimos tiempos está retrocediendo, sobre todo en lo que respecta a derechos humanos de la población tibetana. El Tíbet tiene una desgracia, que es la de ser un país entre dos superpotencias en expansión, como son la India y China, y que sobre todo debido al formidable crecimiento económico de China, ningún país occidental está dispuesto a plantear el tema de los derechos humanos en el Tíbet”, se queja.
Este alpinista de profesión y por devoción, creador del ya mítico programa de TVE “Al Filo de lo Imposible”, llegó al Tíbet por primera vez hace 23 años y siempre vuelve allí y toda la zona de Asia Central. “Si lo que te gusta es la aventura o escalar montañas, todo está aquí. Es el último lugar de la tierra con la naturaleza en su estado más salvaje, la geografía aún está por domesticar”.
La primera imagen que le viene a la cabeza a Sebastián Álvaro cuando piensa en el Tíbet es la luminosidad del lugar. “La luz del Tíbet es soberbia. Solamente hay otro lugar comparable en esto la tierra: la Patagonia, debido a los vientos. Aquí se debe a la altitud. En ningún otro lugar del mundo se ven los cielos que se ven, en el día y la noche, que se ven en el Tíbet”.
Y continúa su explicación de experto montañero: “El Tíbet es una de las regiones más bellas de la tierra, que además tiene una cualidad geográfica que le hace diferente a cualquier otra en el planeta: la altitud. La altiplanicie tibetana se eleva a 4.800 metros de media. Eso hace que la vida en el Tíbet sea muy difícil y eso hace que una superficie de dos veces y media España acoja a tan solo 3 millones de personas”.
El amor de Álvaro por estos parajes se refleja en su entrega en la defensa por la libertad de los tibetanos. “Me paso mucho tiempo en el Tíbet. Y veo cómo las condiciones de vida de los tibetanos lejos de aumentar y lejos de que se reconozcan algunos derechos fundamentales, va justo en dirección contraria”.
“La etapa de ‘chinización’ del Tíbet es brutal y está en todos los órdenes de la vida. Los [chinos de la etnia] han controlan los medios económicos, políticos, sociales y de comunicación mientras que a la población tibetana apenas se le reconocen sus derechos. Desde luego, lo que son los derechos civiles no tienen ninguno, no tiene representación ni posibilidad [de tenerla].”
Un ejemplo claro de esta desigualdad la puede experimentar, según Álvaro, cualquier turista después de 24 horas en la región: “Si tú quieres contratar un jeep el conductor será han (o sea, chino), el del café también, el de los internets”.
Dice este gran conocedor del Tíbet que los chinos son más cultos y emprendedores; añade que la comida cantonesa es mejor. Pero opina que todo eso se debe a la falta de recursos que tienen unos frente a otros, a la vez que subraya que los chinos tampoco disfrutan de grandes derechos civiles.
¿Cuál cree que es la solución al conflicto? ¿Más autonomía, como clama el Dalai Lama que ya ha aceptado a regañadientes el control del Gobierno chino, o la independencia, como insisten numerosos activistas?
“Aunque uno es un pragmático y está convencido que hoy en día un Tíbet independiente es imposible, yo creo que las opciones que ha planteado el Dalai Lama y algunas organizaciones como dentro de China pero con cierta autonomía y con derechos civiles, debería ser una solución dentro de una China que también tiene que alcanzar niveles no solo económicos, sino niveles de crecimiento político y democrático”.
Álvaro destaca que los tibetanos son un pueblo pacifista y pide que tanto el Gobierno chino como los países occidentales, incluida España, tomen cartas en el asunto y presionen al Ejecutivo de Wen Jiabao.
El alpinista rememora una escena que experimentó hace unos días en sus propias carnes: “Estaba en el Templo de Jokhang, que es como el ‘Vaticano budista’, haciendo la cola. Había miles de peregrinos y en las azoteas los soldados estaban vigilando con ametralladoras. Me pareció desproporcionado, porque los tibetanos jamás llevan una pistola encima”.
La conclusión para Sebastián Álvaro es clara: “El hecho de que hayan pasado 60 años de la ocupación, no viene más que a demostrar y a poner de manifiesto lo injusto de esa situación”.
Hace alrededor de dos meses comenzó un viaje en el que ha atravesado en moto los 5.000 kilómetros que llevan de punta a punta del Tíbet. Ahora ya está en la recta final de su expedición. A pesar del cansancio acumulado, no hace falta que nadie le insista para que se lance a hablar del Tíbet, uno región que ha visitado, explorado y escalado “veinte, treinta, cuarenta veces o por ahí”.
“Seguramente a los chinos no les va a gustar lo que yo voy a decir”, advierte antes de denunciar la situación que sufren los tibetanos a diario bajo su punto de vista. “La situación tibetana dentro de China lejos de aflojar la gran presión, en los últimos tiempos está retrocediendo, sobre todo en lo que respecta a derechos humanos de la población tibetana. El Tíbet tiene una desgracia, que es la de ser un país entre dos superpotencias en expansión, como son la India y China, y que sobre todo debido al formidable crecimiento económico de China, ningún país occidental está dispuesto a plantear el tema de los derechos humanos en el Tíbet”, se queja.
Este alpinista de profesión y por devoción, creador del ya mítico programa de TVE “Al Filo de lo Imposible”, llegó al Tíbet por primera vez hace 23 años y siempre vuelve allí y toda la zona de Asia Central. “Si lo que te gusta es la aventura o escalar montañas, todo está aquí. Es el último lugar de la tierra con la naturaleza en su estado más salvaje, la geografía aún está por domesticar”.
La primera imagen que le viene a la cabeza a Sebastián Álvaro cuando piensa en el Tíbet es la luminosidad del lugar. “La luz del Tíbet es soberbia. Solamente hay otro lugar comparable en esto la tierra: la Patagonia, debido a los vientos. Aquí se debe a la altitud. En ningún otro lugar del mundo se ven los cielos que se ven, en el día y la noche, que se ven en el Tíbet”.
Y continúa su explicación de experto montañero: “El Tíbet es una de las regiones más bellas de la tierra, que además tiene una cualidad geográfica que le hace diferente a cualquier otra en el planeta: la altitud. La altiplanicie tibetana se eleva a 4.800 metros de media. Eso hace que la vida en el Tíbet sea muy difícil y eso hace que una superficie de dos veces y media España acoja a tan solo 3 millones de personas”.
El amor de Álvaro por estos parajes se refleja en su entrega en la defensa por la libertad de los tibetanos. “Me paso mucho tiempo en el Tíbet. Y veo cómo las condiciones de vida de los tibetanos lejos de aumentar y lejos de que se reconozcan algunos derechos fundamentales, va justo en dirección contraria”.
“La etapa de ‘chinización’ del Tíbet es brutal y está en todos los órdenes de la vida. Los [chinos de la etnia] han controlan los medios económicos, políticos, sociales y de comunicación mientras que a la población tibetana apenas se le reconocen sus derechos. Desde luego, lo que son los derechos civiles no tienen ninguno, no tiene representación ni posibilidad [de tenerla].”
Un ejemplo claro de esta desigualdad la puede experimentar, según Álvaro, cualquier turista después de 24 horas en la región: “Si tú quieres contratar un jeep el conductor será han (o sea, chino), el del café también, el de los internets”.
Dice este gran conocedor del Tíbet que los chinos son más cultos y emprendedores; añade que la comida cantonesa es mejor. Pero opina que todo eso se debe a la falta de recursos que tienen unos frente a otros, a la vez que subraya que los chinos tampoco disfrutan de grandes derechos civiles.
¿Cuál cree que es la solución al conflicto? ¿Más autonomía, como clama el Dalai Lama que ya ha aceptado a regañadientes el control del Gobierno chino, o la independencia, como insisten numerosos activistas?
“Aunque uno es un pragmático y está convencido que hoy en día un Tíbet independiente es imposible, yo creo que las opciones que ha planteado el Dalai Lama y algunas organizaciones como dentro de China pero con cierta autonomía y con derechos civiles, debería ser una solución dentro de una China que también tiene que alcanzar niveles no solo económicos, sino niveles de crecimiento político y democrático”.
Álvaro destaca que los tibetanos son un pueblo pacifista y pide que tanto el Gobierno chino como los países occidentales, incluida España, tomen cartas en el asunto y presionen al Ejecutivo de Wen Jiabao.
El alpinista rememora una escena que experimentó hace unos días en sus propias carnes: “Estaba en el Templo de Jokhang, que es como el ‘Vaticano budista’, haciendo la cola. Había miles de peregrinos y en las azoteas los soldados estaban vigilando con ametralladoras. Me pareció desproporcionado, porque los tibetanos jamás llevan una pistola encima”.
La conclusión para Sebastián Álvaro es clara: “El hecho de que hayan pasado 60 años de la ocupación, no viene más que a demostrar y a poner de manifiesto lo injusto de esa situación”.
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