lunes, 14 de septiembre de 2009

TENSIÓN

Pekín, 13 sep (EFE).- Uno de los nueve miembros más poderosos del Partido Comunista de China, Zhou Yongkang, reconoció que mantener la estabilidad social en regiones étnicas como Xinjiang o Tíbet, escenario de sangrientas protestas, va a ser difícil.

Zhou, uno de los nueve miembros del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista de China (PCCh) y responsable de los asuntos políticos y legislativos, dijo que será una "tarea ardua" mantener esta estabilidad en vísperas del 60 aniversario de la llegada al poder de su partido, informó hoy la agencia Xinhua.

El funcionario realizó estos comentarios en una reunión sobre la seguridad durante las celebraciones nacionales, el próximo 1 de octubre, y sobre la situación en el Tíbet y Xinjiang, región esta última que visitó el pasado 10 de julio tras los disturbios que causaron más de 200 muertos.

"Mientras que en lo general la situación social es estable, el país se enfrenta ahora a graves retos para mantener la estabilidad, y la tarea va a ser ardua", dijo Zhou, quien enfatizó que esta estabilidad tiene que centrarse sobre todo en Pekín.

La capital china está tomada por las fuerzas de seguridad desde hace varias semanas con motivo de los preparativos para el 60 aniversario de la fundación de la República Popular, con medidas que obligan a los residentes a pasar continuos controles de seguridad y sufrir cortes de las vías principales por los ensayos.

Pekín responsabiliza de los disturbios étnicos en el Tíbet y en Xinjiang a fuerzas "separatistas" y "terroristas", aunque observadores y expertos contactados por Efe indican que son las políticas étnicas chinas en esas regiones y la desigualdad de ingresos las causas reales de los disturbios.

Sin embargo, Zhou instó a los funcionarios y a los efectivos de seguridad a "estar totalmente preparados para las situaciones más difíciles" y garantizar así una buena celebración del Día Nacional.

La campaña de seguridad fue descrita por el alto cargo como "una guerra popular".

En julio pasado una protesta de uigures causó 197 muertos en Xinjiang y desde entonces han continuado los disturbios con los colonos chinos. Un conflicto similar se vivió en marzo de 2008 en el Tíbet, cuyo acceso está restringido desde entonces.

Zhou instó al gobierno regional tibetano a reforzar el control de los monasterios y prevenir cualquier intento de "atentados por parte de los separatistas".

En las tres última décadas el PCCh adoptó una política capitalista con intervención estatal que ha creado una brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, por lo que la insatisfacción y la tensión entre la población crecen cada día, así como las medidas de control que aplica el Ejecutivo para no perder su poder. EFE mz/tg

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