Un maestro agonizaba y sus discípulos se decidieron a preguntarle el secreto de su felicidad. Jamás lo habían visto triste. Le pidieron que les revelara su secreto. El maestro se rio y les dijo:
Todas las mañanas digo mi nombre en voz alta y después digo:
Hoy es un nuevo día, ¿ cómo quieres ser hoy: feliz o desgraciado ?
Después, espero que me llegue la respuesta y la repito en voz alta. Jamás he optado por ser desgraciado. Siempre he elegido ser feliz; ése es todo mi secreto.
KALU RIMPOCHE
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