martes, 29 de marzo de 2011

TIBET, SIGLO XXI

El Sistema Político en el Tíbet de hoy en día

Tíbet es gobernado estrictamente por el Partido Comunista Chino, con el apoyo activo de los militares. El Partido gobierna a través de oficinas en cada provincia, región y prefectura autónomas. El gobierno está subordinado al Partido, el que lleva a cabo las políticas concebidas por el Partido. China ha establecido la panoplia completa del Partido y oficinas gubernamentales para administrar Tíbet como existe en China. Sólo en Lhasa, hay más de 60 departamentos y comités, cuya mayoría está conectada directamente a las oficinas nacionales en Beijing. De esta manera, Tíbet es “autónomo” sólo de palabra; en realidad, la Región Autónoma de Tíbet tiene menos autonomía que las provincias chinas. El cargo más alto de la R.A.T., Secretario del Partido, nunca ha sido manejado por un tibetano.

China mantiene un ejército de ocupación en Tíbet de, al menos, un cuarto de millón de integrantes. La milicia y la policía, a menudo, se encuentran presentes en Lhasa y todo otro lugar de manera avasalladora, aunque a partir de febrero de 1992, la seguridad en Lhasa está dominada por policía encubierta y con vestimenta civil. La milicia juega un papel mayor en la administración de Tíbet que en cualquier provincia china, y ningún tibetano ejerce dentro del liderazgo del distrito militar gobernante en Tíbet.

Aunque el Partido aún controla Tíbet, su control comienza a dividirse. Existe un penetrante descontento y desdén hacia el Partido Comunista y el gobierno en Tíbet, el que se encuentra incluso entre los miembros del partido y los funcionarios del gobierno. La incompetencia y la corrupción han consumido algunas de las operaciones gubernamentales al punto que difícilmente funcionan y son una enorme pérdida de fondos del gobierno. Durante la visita de la CJI (Comisión Jurídica Internacional) de un mes al este de Tíbet, resultó evidente que los objetivos del partido han sido reducidos drásticamente de los grandiosos planes de transformación social, humana y económica de alguna vez, a simplemente mantener el poder, cuidar de los colonos chinos y extraer los recursos naturales de Tíbet.

Ahora el partido parece tener poco que ofrecer a los tibetanos aparte de la represión que retiene a los tibetanos de una rebelión en masa. Nadie en Tíbet habla de cómo el partido se puede reformar, pues se ha vuelto algo que la mayoría de los tibetanos deben simplemente tolerar y evitar. Algunos tibetanos utilizan el partido para su propio beneficio personal y profesional, e intentan mejorar las condiciones para los tibetanos a partir del sistema. El último Panchem Lama tuvo éxito en sacar suficiente poder del sistema para mejorar las condiciones en una serie de áreas. El Panchem Lama fue el único tibetano al que los chinos le temían, no como a los actuales líderes tibetanos tales como Ngawang Ngapo Jigme, Mao Rubai y Raidi, quienes cuentan con poco poder. Informes recientes desde Lhasa indican la creciente enajenación y desafecto entre los burócratas tibetanos de nivel medio y bajo, y la correspondiente pérdida de confianza en ellos por parte de sus superiores chinos.

La Situación de los Derechos Humanos en Tíbet

Las condiciones de los derechos humanos en Tíbet permanecen en un estado deprimente. Bajo la ocupación china, al pueblo tibetano se le niega la mayoría de los derechos garantizados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, incluyendo los derechos de libre determinación, libertad de expresión, asamblea, movimiento, expresión y viaje.

Prisioneros Políticos

El permanente uso de fuerza militar excesiva por parte de China para sofocar la disidencia, ha significado mayores abusos de los derechos humanos, incluyendo múltiples casos arbitrarios de arrestos, encarcelamiento político, tortura y ejecución. Los grupos de derechos humanos han documentado, al menos, 60 muertes de manifestantes por la paz desde 1987.

Los grupos de derechos humanos han confirmado, con nombre, más de 700 presos políticos tibetanos en Tíbet, aunque probablemente hay más de cientos, cuyos nombres no están confirmados. Muchos son detenidos sin cargo o juicio por hasta cuatro años mediante regulaciones administrativas tituladas ” reeducación mediante el trabajo”.

Además, durante el año pasado, la inquietud se ha esparcido desde las áreas urbanas a las rurales.

Informes confiables sobre maltrato y tortura de detenidos y presos políticos en Tíbet logran difundirse. Esto incluye golpizas, golpes eléctricos, privación de sueño o comida, exposición al frío u otras brutalidades. A las organizaciones humanitarias y de derechos humanos se les niega el acceso a las prisiones y centros de detención en Tíbet.

Libertad Religiosa

Antes de la invasión de China en 1950, Tíbet era un país sumergido en la religión. La práctica religiosa impregnaba la vida cotidiana del pueblo tibetano y conformaba la trama social que los conectaba a la tierra. Reconociendo esto, los chinos se concentraron en destruir esta base cultural de los tibetanos con la esperanza de reprimir la disidencia a su mandato. En 1960 la Comisión Jurídica Internacional estableció que “los chinos no permitirán la adhesión y la práctica del Budismo en Tíbet … [y] que ellos se han propuesto sistemáticamente erradicar esta creencia religiosa en Tíbet”.

Más de 6.000 monasterios y lugares sagrados fueron destruidos por los chinos. A pesar de esto y los más de 40 años de restricción de su religión, los tibetanos continúan aspirando a la práctica de su religión. Actualmente la práctica de la religión continúa siendo limitada de manera severa en Tíbet. Aunque han habido algunas mejorías externas en esta área, China mantiene un estricto control sobre las instituciones y prácticas religiosas, y los tibetanos no son libres de practicar y organizar su propia religión. La CJI publicó ‘La Libertad Prohibida’ y ‘Una Época a Purgar’, los que presentaron una profunda mirada al tema de la libertad religiosa en Tíbet.

China ha cambiado su política religiosa en Tíbet para suprimir activamente y restringir cualquier crecimiento religioso. Este cambio involucra medidas para detener la reconstrucción sin autorización de monasterios destruidos durante la Revolución Cultural, fijando límites en el número de monjes y monjas en todos los monasterios, fortaleciendo las restricciones sobre los jóvenes que entran a los monasterios, prohibiéndole a los miembros del partido el practicar la religión, y fortaleciendo el control del gobierno y el partido sobre cada monasterio mediante “Comités de Administración Democrática”.

El Medio Ambiente en Tíbet

La planicie tibetana es la más grande y alta en el mundo. Mantiene un ecosistema único y frágil en altitud alta, cuya mayor parte permanece intacta dada su ubicación remota e inaccesible. Sin embargo, el impacto humano está infligiendo una pérdida sin precedentes y devastadora sobre los recursos naturales - fauna silvestre, los bosques, las tierras de pastura, los ríos y recursos minerales se encuentran ahora en un nivel en que es posible que nunca se recuperen.

Fauna Silvestre

Aquellos que viajaban a Tíbet antes de 1950, lo comparaban con el este de África, los rebaños de mamíferos eran muy grandes. Actualmente, estos han desaparecido, extinguidos principalmente por los soldados chinos que disparaban armas automáticas desde sus camiones en los años 60. La caza ilícita por parte de chinos y tibetanos continúa y amenaza la supervivencia de algunas especies. Un nómada tibetano le dijo al Dr. George Schaller, el principal especialista occidental sobre los mamíferos en Tíbet, “Si los oficiales obedecen la ley y dejan de cazar, nosotros también lo haremos”.

Deforestación

Los bosques en Tíbet son los terceros en tamaño dentro de las actuales fronteras de China, y las operaciones del gobierno en la madera, reflejan una tala sin precedentes. La reforestación es descuidada e ineficaz, dejando las laderas vulnerables a la erosión. La deforestación rápida y amplia tiene consecuencias que amenazan la vida de cientos de millones de personas que viven en las áreas de inundación de los principales ríos del sudeste de Asia, muchos de los cuales tienen sus nacientes en Tíbet. La tala libre también amenaza el hábitat de otros residentes en el Tíbet - el escaso oso panda gigante, el mono dorado y más de 5.000 especies de plantas únicas en el planeta.

Actividades Nucleares

El norte del altiplano tibetano fue el lugar de residencia de “Los Alamos” - la principal planta de desarrollo e investigación de armamento nuclear de China, y las armas nucleares se apostaron por primera vez en el norte de Tíbet en 1972. Hoy en día existen, al menos, 3 o 4 lugares de lanzamiento de misiles nucleares en Tíbet encubriendo un número desconocido de ojivas de combate. Se teme que el desperdicio nuclear de la instalación de investigación sea depositado en las planicies cercanas donde los nómadas tibetanos declaran haber sufrido enfermedades y muerte por causa de enfermedades extrañas relacionadas con la radiación. El informe de la CJI sobre excavaciones, Tíbet Nuclear, señala esta problemática zona.

Desertificación

La migración de población estimulada por el gobierno, hacia el norte del altiplano tibetano, ahora bajo control de la provincia Qinghai, ha ocasionado un daño medio ambiental masivo e irreparable en enormes extensiones de frágiles mesetas. Los expertos atribuyen el deterioro al exceso de pastoreo, reclamo irracional de tierra y la injustificable erosión de la vegetación de superficie.

Desarrollo Agrícola

Hoy en día se lleva a cabo proyectos de desarrollo agrícola a larga escala en Tíbet, los que están interrumpiendo las prácticas tradicionales y el equilibrio ecológico mantenido por los granjeros durante siglos. Estos proyectos, motivados por la necesidad de alimentar al creciente número de población china en Tíbet y reducir el costo de las importaciones de trigo, pueden finalmente dañar a los tibetanos más que ayudarles. Uno de los proyectos que es financiado por el Programa de Alimento Mundial de las Naciones Unidas, emplea a cientos de chinos y pocos tibetanos, y cuenta con la oposición de los tibetanos locales, el CJI y otras organizaciones tibetanas.

Extracción de Recursos Naturales

La extracción de minerales y madera de las regiones tibetanas es realizada ampliamente por, o bajo la dirección de, trabajadores y administradores chinos recién llegados. Algún escaso beneficio puede llegar a los tibetanos locales, pero a menudo no es así, la tierra queda despojada y las formas tradicionales de subsistencia son interrumpidas. Además, los caminos que se construyen para tener acceso a bosques no talados o minerales no descubiertos, usualmente resultan en un aumento de los administradores gubernamentales chinos quienes, entonces, pueden asumir un mayor control sobre un monasterio local, probablemente llegando a mayores restricciones sobre la libertad religiosa. La puesta en práctica de políticas de planificación familiar también puede aumentar, lo que puede significar métodos obligatorios.

Proyectos de Construcción Hidroeléctrica

China tiene planes de construir docenas de represas hidroeléctricas en los ríos de Tíbet y exportar la electricidad a las ciudades chinas, tales como, Chengdu, Xining, Lanzhou y Xian. El tema ambiental más detestado en Tíbet puede ser el proyecto de construcción hidroeléctrica en Yamdrok Tso, un lago sagrado entre Lhasa y Shigatse. Un corresponsal de El Independiente, escribió: “los medioambientalistas temen que este proyecto gigante creará uno de los peores desastres ecológicos de China en el siglo 21″.

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