viernes, 19 de noviembre de 2010
Madrid y Valencia acogen en estos días Semanas Culturales de Tibet. Estas visitas culturales están guiadas y auspiciadas por el gobierno chino.
Al mismo tiempo, un grupo de “tibetólogos” han mantenido reuniones para dar a conocer “su realidad” del actual Tibet.
Uno de ellos, Lhakpa Tseten, miembro de la delegación y profesor de la Universidad del Tíbet, afirmó que durante el medio siglo pasado, la cultura tradicional tibetana, con características folklóricas, ha recibido la herencia razonable, la protección eficaz y una divulgación amplia. La cultura, que fija su mirada hacia la modernización, el mundo y el futuro, ha logrado un desarrollo acelerado e integral junto con el avance socioeconómico de la región.
O sea, que éste tibetólogo, con nombre tibetano, niega el holocausto de su propio pueblo. Sí, lo sabemos, también hubo judíos que salvaron su pellejo vendiendo a sus propios hermanos a los nazis.
Pero decir que “ha recibido la herencia razonable” parece querer obviar los 2 millones de muertos, los lamas exterminados en gulags y cárceles de exterminio, y la destrucción de 2500 monasterios con las obras de arte incluidas.
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