jueves, 29 de enero de 2009
Madrid, 29 ene (EFE).- A la tradicional concepción del Dalai Lama como líder espiritual o político, se une ahora la de fuente de inspiración para el arte contemporáneo, después de que setenta artistas hayan encontrado en este icono mundial de la paz al personaje ideal para crear sus obras.
"The missing peace", que se exhibe a partir de hoy en las salas de la Fundación Canal de Madrid, ha reunido en torno a este personaje de dimensión mundial a artistas de diferentes disciplinas con el encargo de crear su arte inspirados en la figura del Dalai Lama y en todo lo que simboliza, y con la pretensión de animar al visitante a mirar en su interior.
Después de pasar por Los Ángeles (2006), Nueva York, Chicago, Atlanta, San Francisco y Tokio, Madrid es la primera ciudad europea a la que viaja esta muestra, cuya pretensión es lograr la comunión del visitante con los valores representados por la figura del Dalai Lama, de forma que, al salir, se convierta en vehículo difusor de la paz.
"The missing peace" (la paz que nos falta) ofrece un amplio recorrido a través del arte contemporáneo y sus diferentes disciplinas representadas por la pintura, la escultura, la fotografía, el vídeo, el cine, la instalación e incluso técnicas mixtas y arte textil.
La variedad de formatos de las obras abarcan desde la gran pantalla utilizada por Marina Abramovic para proyectar su "cascada sonora" a raíz de los cientos de mantras recitados por monjes budistas, a la miniatura de la performer "Desde el aire", de la americana Laurie Anderson, en la que la artista se refleja a sí misma y a su perro con hologramas frente un posible ataque aéreo.
El pintor sevillano Salustiano ha sido el elegido con su obra "Reencarnación" como imagen de la muestra en toda su gira, en la que demuestra su dominio de la técnica pictórica con la imagen de una niña asiática acompañada de un fondo rojo y con la que propone la idea del perdón del pueblo tibetano a China mediante la reencarnación del Dalai Lama en una niña china.
El compositor japonés Ryuichi Sakamoto presenta una instalación sonora, "Mandala sónico", inspirada en los sonidos de la campana tibetana, y en la que la arena esparcida sobre una mesa tapizada con papel japonés se mueve y reproduce diferentes figuras, a modo de mandalas -representaciones simbólicas de la tradición budista- al ritmo que le marcan las vibraciones de la música que emana de los altavoces encastrados bajo la instalación.
Unos zapatos auténticos del Dalai Lama sirven de inspiración a la fotógrafa suiza Sylvie Fleury para captar el aura del líder espiritual a través del calzado, mientras que el vietnamita Andy Cao utiliza los "cocos sordos", que simbolizan a los niños abandonados en su país al nacer discapacitados a causa del "agente naranja" utilizado en la guerra de Vietnam, para componer las cuentas de un enorme rosario budista.
El Anatsui (Ghana) se ha servido de precintos y etiquetas de botellas de licor reciclados para tejer un inmenso tapiz que cuelga en la estancia central de la sala, en un intento de hacer reflexionar sobre la necesidad de aunar progreso con respeto al medio ambiente, aspecto en el que coincide con otros artistas como Ichi Ikeda y con su instalación, en la que habla de la necesidad de reducir el consumo diario de agua.
El vientre de una mujer embarazada, una figura tendida sobre la calzada en una transitada calle de Nueva Delhi, una fotografía tomada por el actor Richard Gere de un yogui tántrico en Amdo, próximo al lugar de nacimiento del Dalai Lama, o una fotografía del sonriente protagonista de la muestra, suponen un canto a la paz y hablan al visitante de la necesidad de transmitir valores universales como el amor, el perdón o la comunión con la naturaleza.
Concha Carrón
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