domingo, 25 de enero de 2009
El budismo no ve el mundo como una teofanía, sino como un exilio; no lo considera positivo, sino negativo (corrupción, tentación y sufrimiento). Sobre esta base, el budismo, expresa una realidad positiva en términos negativos: el Nirvana, esto es, negación de lo negativo.
La Realidad Fundamental o Divina – solamente en el budismo Mahâyâna – se considera un Ser Supremo. Así, es erróneo calificar “de ateo” al budismo puesto que dicha Realidad Fundamental es absoluta, infinita y perfecta: términos transcendentes que el ateismo niega.
Shihan Joaquim Villalta
Todas las doctrines esenciales de Buddha se dieron en su famoso “Primer Sermón”, y están contenidas en lo que se conoce como “las Cuatro Nobles Verdades” y “el Camino Óctuplo”.
El Camino Óctuplo
El Camino Óctuplo contiene una serie de indicaciones para todo aquel que quiera seguir los pasos de Buda. Si la vía escogida por alguien pertenece a las artes marciales, éste ha de aplicar los siguientes aspectos a su arte, dado que tienen una importancia vital en su camino interno.
El elemento “conducta” de la sección de moralidad se explicita en el código práctico conocido como “los Cinco Preceptos”:
(1) Abstenerse de quitar la vida
(2) Abstenerse de coger algo no dado
(3) Abstenerse de toda actividad sexual ilícita
(4) Abstenerse de mentir
(5) Abstenerse de sustancias embriagadoras
Las dos escuelas o las dos formas culturales
El siguiente esquema contempla el inicio de la derivación de budismo. De las dos grandes escuelas (Theravâda y Mahâyâna), nos centraremos en el budismo Mahâyâna, dado que de éste deriva la escuela Zen. En diversas Artes Budo encontramos la combinación de meditación y práctica marcial.
Budismo Hînayâna/ Theravâda Budismo Mahâyâna
(primera escuela) (segunda escuela)
Budismo Mahâyâna
En la actualidad , el budismo está dividido en dos grandes escuelas o corrientes: El budismo Theravâda (enseñanza de los ancianos ) y el Mahâyâna (Gran Vehículo ).
El budismo Mahâyâna ofrece a todos los seres de todos los mundos la salvación a través de la fe y el amor, así como también por el conocimiento. En la primera corriente, esta salvación solamente puede alcanzarse a través del Nirvana en aquellas pocas almas fuertes que no requieren de ninguna ayuda espiritual exterior ni del consuelo del culto. El Hinayana es un camino “no señalado”, individual, y extremadamente duro, mientras que la carga del Mahâyâna es más ligera i no requiere del hombre la renuncia inmediata del mundo y de todos los afectos humanos.
Ambos vehículos tienen en común: las tres características del ser (impermanencia o fugacidad, sufrimiento e irrealidad del Yo), les cuatro nobles verdades, la trasmigración y el Karma.
No obstante, las diferencias fueron haciéndose cada vez más notables con el transcurso del tiempo. Desde un punto de vista occidental (es decir, poco habituado a diferencies doctrinales tan grandes dentro de una misma creencia), podría decirse que constituyen dos religiones diferentes atendiendo a sus escrituras canónicas. Esta afirmación puede resultar un tanto exagerada puesto que ambas comparten las ideas fundamentales: el ser humano es el único para alcanzar la budeidad, que ningún dios puede eliminar las consecuencias kármicas (lo que significa que todas les consecuencias de nuestras acciones son irremediables), y que no existe ningún creador del cielo y la tierra, supremo y juez del universo.
La rama del budismo Mahâyâna ha tenido una gran repercusión en China, el Japón, la isla de Taiwan, el Tibet, Nepal, Mongolia, Corea, Vietnam y la India.
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