De todos los tratados místicos de la literatura india antigua, el Avadhut Gita, o
Canción del Avadhut, es uno de los más elocuentes y apremiantes. Su tema es el
conocimiento unitivo obtenido a través de la visión mística, el conocimiento del
eterno Sí Mismo. Este conocimiento no se limita a los místicos de una determinada
tradición cultural, sino que es universal entre todos aquellos que han logrado la
visión mística. Hombres y mujeres de todos los países y todas las convicciones
religiosas han experimentado de primera mano la Realidad eterna, y La han realizado
como su propia Identidad esencial. Algunos de los representantes mejor conocidos
de este conocimiento universal son los rishis upanisádicos y Shankaracharya en la
tradición vedántica, al-Hallaj y Jalaluddin Rumí en la tradición sufí, Shakyamuni y
Ashvagosha en la tradición budista, y Meister Eckhart y Juan de la Cruz en la
tradición cristiana. Todos han manifestado el conocimiento revelado de su identidad
con la única, eterna, Realidad, y declarado, de una u otra manera, su acuerdo con las palabras de la santa cristiana Catalina de Génova, «Mi Yo es Dios, no reconozco
ningún otro Yo excepto mi Dios Mismo».
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